INVESTIGACIÓN SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
Tener los genes más largos equivale a una vida más larga, según un estudio
Los genes desequilibrados pueden causar un envejecimiento prematuro, de acuerdo con una investigación de la Universidad Northwestern, de Estados Unidos.
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El envejecimiento es un proceso que todos los humanos experimentamos desde que nacemos, prácticamente. Hasta ahora ha habido muchos estudios acerca de cómo nos afecta la edad, pero pocos acerca de cómo cambian los genes con los años. Científicos de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, han presentado una investigaciónen 'Nature Aging' acerca de este tema.
En el artículo, los científicos señalan que, cuanto más largos tenga una persona los genes, más tiempo vivirá. Por el contrario, cuanto más cortos sean, más probabilidades tendrá de envejecer antes. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los datos de tejidos humanos, de ratones, ratas y peces killi. Y descubrieron este patrón de envejecimiento, que es común a todas las especies estudiadas y también igual entre hombres y mujeres.
La longitud de un gen se basa en el número de nucleótidos que contiene. Cada cadena de nucleótidos se traduce en un aminoácido, que luego forma una proteína. Por lo tanto, un gen muy largo produce una proteína grande. Y un gen corto produce una pequeña proteína.
Además, una célula necesita un número equilibrado de proteínas pequeñas y grandes para sobrevivir correctamente. Por tanto, el problema surge cuando el equilibro sale del control. "El desequilibrio de los genes causa el envejecimiento porque las células y los organismos trabajan para mantenerse equilibrados, lo que los médicos denominan homeostasis", señala Luis Amaral, investigador de la Universidad de Northwestern.
De hecho, Amaral pone un ejemplo gráfico para que se pueda comprender mejor: "Imagínate un camarero cargando una bandeja. Esa bandeja necesita tener todo balanceado. Si la bandeja no está equilibrada, entonces el camarero debe esforzarse más para combatir el desequilibrio. Si el equilibrio en la actividad de los genes cortos y largos cambia en un organismo, sucede lo mismo. Es como si el envejecimiento fuera este sutil desequilibrio, lejos del equilibrio. Los pequeños cambios en los genes no parecen ser un gran problema, pero estos cambios sutiles lo están agobiando y requieren más esfuerzo".
Un patrón de envejecimiento en el ADN
Los científicos de la universidad estadounidense estaban estudiando el ADN, hasta que descubrieron que el patrón de la longitud influía en el envejecimiento. Para llegar a esta conclusión, el equipo examinó muestras de tejido de ratones de cuatro, nueve, doce, 18 y 24 meses y notaron que la longitud media de sus genes cambió entre los cuatro y nueve meses. También encontraron estos indicios al analizar muestras de ratas y peces killi.
Después investigaron los tejidos humanos y observaron los cambios en los genes de los 30 a los 49 años; de los 50 a los 69 y a partir de los 70. Los cambios medibles en la actividad de los genes de acuerdo con la longitud del gen ya ocurrieron cuando los humanos alcanzaron la mediana edad.
La longitud de los genes y sus aplicaciones futuras
El nuevo hallazgo podría conducir potencialmente a intervenciones diseñadas para desacelerar el ritmo del envejecimiento, o incluso revertirlo. Además, también podría ayudar a los científicos a explicar por qué los organismos tardan más tiempo en curarse de las enfermedades a medida que las personas son más mayores.
Asimismo, como señala otro de los autores del estudio, Thomas Stoeger, el haber hallado este patrón de desequilibrio de los genes también podría ser la clave o causa de la progresión de algunas enfermedades relacionadas con la edad como la demencia, el alzhéimer o el párkinson.
Por tanto, estos hallazgos podrían abrir nuevos caminos para el desarrollo de terapias para revertir o retrasar el envejecimiento; e incluso para "encontrar la manera para ralentizar ese fenómeno" del desequilibrio y frenar ciertas enfermedades, finaliza Stoeger.
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