ACTUAR SOBRE EL ASPECTO AFECTIVO

Tratan el dolor neuropático con estimulación cerebral centrada donde se percibe el dolor

Médicos del Hospital del Mar, en Barcelona, han aplicado esta novedosa técnica para tratar la patología física de un paciente que quedó parapléjico en 2018.

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CerebroBUDDHI Kumar SHRESTHA para Unsplash

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El Hospital del Mar ha tratado con estimulación cerebral profunda a un paciente con dolor neuropático que quedó parapléjico en 2018. Esta persona sufría un dolor invalidante no provocado directamente por su patología física. La intervención se basó en cambiar cómo el paciente interpreta ese dolor.

La operación, pionera y realizada a finales de octubre, consistió en colocar dos electrodos en una zona concreta del cerebro, el cíngulo anterior dorsal, parte donde se gestiona la dimensión afectiva del dolor neuropático.

El objetivo de la intervención no era por tanto actuar sobre la intensidad del dolor; sino en el cómo afecta el dolor al paciente. Por ejemplo, como explica la doctora Gloria Villalba, al paciente le dolerá lo mismo antes que después de la cirugía, pero se espera que su calidad de vida, aunque el dolor persista, mejore porque no le dé tanta atención a la dolencia.

 

En relación con esta operación, el doctor Juan Castaño, del mismo hospital, señala que ""el enfrentarse, y la percepción del dolor crónico, no solo dependerán de la intensidad de la sensación dolorosa, sino que también será determinante la gestión que haga la persona con dolor crónico de la dimensión afectiva del dolor, es decir cómo se regula ante los pensamientos y emociones difíciles que se asociarán habitualmente".

Castaño remarca al Hospital del Mar, además que "la suma de la dimensión somática y afectiva del dolor constituye la experiencia dolorosa en su globalidad. Esta dimensión afectiva puede ser tan limitante o más que la dimensión somática del dolor, por la cual cosa también la podemos considerar uno de los objetivos terapéuticos fundamentales en el complejo abordaje del dolor crónico".

Hasta el momento, ninguno de los tratamientos aplicados al paciente para abordar el dolor que sufría habían funcionado. El dolor tan intenso le había llevado a un estado depresivo y ansioso, habiendo tenido dos intentos de autolesión. Por eso se probó con él la estimulación cerebral profunda en el cíngulo.

La intervención pionera tuvo una alta complejidad técnica, aunque el riesgo por complicaciones era bajo. En cuanto a los resultados, Villalba afirma que "no es inmediato" y puede tardar semanas o meses en verse la diferencia. Sin embargo, el paciente fue dado de alta y no presenta complicaciones.

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