ATROPELLOS Y FALLOS
2018 ha sido un duro golpe de realidad para el coche autónomo
Los últimos años están siendo especialmente activos para la industria del coche autónomo, que parece que va logrando avances de peso que nos permiten soñar con un futuro muy cercano en el que contemos con estos vehículos en las carreteras.
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Desgraciadamente, 2018 no ha sido un gran año para el coche autónomo, pese al desarrollo que va llegando. Todo lo contrario.
En marzo tuvo lugar el primer atropello mortal por parte de un coche autónomo. La víctima, una mujer de Arizona, el estado en el que más compañías están probando sus vehículos por ser idóneo para ello: un clima sin nevadas que tapen las señales del pavimento, alta superficie en llano, tamaño manejable, proximidad a California…
Aquel accidente, de un coche de Uber en pruebas, terminó con esta empresa retirando estos coches de las carreteras de Arizona, California, Pensilvania y Toronto, estados en los que circulaban en pruebas.
Aquello fue la mejor señal posible de que los coches autónomos no están todavía listos para cumplir su mayor promesa, la de acabar con las muertes por accidente, ya que si bien es cierto que los sistemas de estos vehículos no se drogan, ni tienen sueño, ni se distraen ni beben alcohol -como sí podemos hacer los humanos-, su desarrollo ha de llegar a un nivel de perfección muy elevado para cumplir dicha promesa. Es más: el conductor de seguridad que operaba en ese vehículo estaba distraido cuando aquello sucedió.
Volvo (precisamente el fabricante del coche autónomo de Uber que mató a esa mujer) en teoría iba a tener sus coches autónomos listos para el consumidor para 2018 en una prueba piloto en Suecia, pero lo retrasó por otros cuatro años.
Tesla aseguró, quizás como parte de su campaña de marketing, que lograría mover un coche de su marca con Autopilot de forma autónoma de costa a costa de Estados Unidos. Lleva tiempo posponiendo ese proyecto y a día de hoy no se sabe cuándo tendrá lugar.
Waymo, quizás la compañía más avanzada en este campo (es propiedad de Google), está iniciando su flota de taxis autónomos tras más de un año probándolo con un número cerrado de voluntarios. Y así y todo tuvo problemas este verano, cuando se filtraron los problemas de sus coches en numerosas situaciones de conducción.
Por otro lado, los gobiernos tampoco han avanzado en regulación como para pensar que la llegada del coche autónomo va a poder ser tan rápida y fluida como quizás hace un par de años podíamos intuir. Noticias como las anteriormente mencionadas son pequeños grandes obstáculos para el despliegue de estos vehículos, y los gobiernos, ya sean locales, regionales o nacionales exigen altas garantías de seguridad antes de conceder permisos y licencias para que operen.
También hay que revisar -seguramente país por país- cuestiones como las de responsabilidad civil, responsables de multas, pólizas de seguros, integración en calzadas llenas de coches conducidos por humanos, etc. Veremos si 2019 supone más pasos hacia delante que lo que ha supuesto este 2018.
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