UN CASCO CEREBRAL COMO ÉSTE TIENE FALLOS DE SEGURIDAD
Alertan de que es posible hackear tu mente y robarte incluso tus claves del banco
Los científicos alertan de que los ciberdelincuentes podrían robar datos privados de las ondas cerebrales de las personas, debido a los agujeros de seguridad que existen en cascos cerebrales que leen nuestro pensamiento.
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Mientras Facebook o las empresas de Elon Musk se adentran en investigaciones que conectan nuestra mente con las máquinas, los científicos alertan que traspasar esa frontera conlleva también riesgos insospechados.
Las grandes tecnológicas manejan ingente cantidades de datos personales nuestros debido a la aceptación implícita o explícita de los contratos de privacidad que aceptamos para usar gratis sus plataformas o servicios.
Ahora, la próxima perforación a nuestra intimidad no será ni la fecha de nacimiento ni si estás deprimido o contento según el contenido que compartes en las redes sociales. No.
Los científicos alertan de posibles agujeros de seguridad en nuestros propios pensamientos. Los gadgets que son capaces de captar nuestras ondas cerebrales no son tan seguros como el candado de una caja fuerte.
Fallos de seguridad en cascos cerebrales
Si un aparato puede leer nuestra mente, alguien podría hackear ese dispositivo para acceder a el último dato personal posible: un pensamiento.
Un profesor de la Universidad de Alabama (EE UU) así lo confirma en una de sus investigaciones. Nitesh Saxena demostró que puede adivinar desde la tendencia sexual a las claves bancarias de una persona gracias a que tuvo acceso a las ondas cerebrales captadas por un casco que lee la mente.
Las pruebas realizadas por este científico sobre este casco cerebral ponen al descubierto que dicha tecnología puede se hackeada, por lo que alerta de que se deben tomar más medidas de seguridad sobre este tipo de dispositivo. Sobre todo, porque logra desvelar nuestros datos más íntimos: lo que pensamos.
Gadgets para videjuegos
Los cascos cerebrales, actualmente, se utilizan de manera avanzada en medicina, pero muchas empresas ya están comercializándolos, por ejemplo, para controlar las diferentes opciones de un videojuego.
Así, la investigación de Saxena desveló que, mientras el usuario con el casco puesto paraba de jugar a un videojuego para iniciar una consulta online de su cuenta bancaria, un software malicioso podría espiar sus ondas cerebrales.
El científico demostró que al teclear las claves bancarias, este software podría, mediante probabilidades, adivinar un pin de cuatro dígitos.
Obviamente, las señales de ondas cerebrales a las que podría acceder cualquier hacker no bastan para que el intruso lea como un libro abierto nuestra mente. Sin embargo, Saxena probó que son capaces de detectar mucha información privada, según publica MIT Technology Review.
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