LAS TIC YA SUPONEN EL 3% DE LAS EMISIONES DE CO2
Así es cómo los smartphones envenenan el aire del planeta
Comprar un nuevo smartphone supone un gasto de energía tan grande como usar el que ya tienes durante diez años. Y teniendo en cuenta el ritmo de renovación de estos dispositivos, su papel contaminante se ha disparado.
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En los tiempos pre-smartphones, aquellos donde los móviles servían para llamar y enviar mensajes –nos remontamos a 2007–, la huella de carbono del sector TIC (tecnologías de la información y de la comunicación) suponía un 1% del total en el mundo. Aquel 2007 apareció el iPhone y a partir de ese momento ha tenido lugar la escalada.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá, ha estimado las emisiones de CO2 que provienen de la industria de las TIC. Para hacerlo ha tomado como referencia y como periodo de prospección desde 2010 a 2020. Han agrupado todas las emisiones que provienen de ordenadores, portátiles, móviles y servidores, entre otros dispositivos. El resultado ha sido que en estos momentos, las TIC contribuyen con un 3% a la huella de carbono.
En poco más de diez años el porcentaje se ha triplicado. Pero es que si las cosas siguen así, para 2040 el sector TIC supondrá el 14% de las emisiones de CO2. Esto sería la mitad de lo que arrojaría el sector del transporte a nivel mundial.
Y los smartphones tienen una gran parte de culpa en estas cifras. Según el estudio de la Universidad de McMaster, la fabricación de uno de estos terminales representa aproximadamente el 85% o 95% de las emisiones totales que arrojará este dispositivo. La razón es que los móviles hoy en día tienen un ciclo de renovación frenético, de solo dos años. Cuando pasa este lapso de tiempo, el consumidor tiende a comprar un nuevo teléfono, que ha tenido que ser producido desde cero, porque el mercado de segunda mano es minoritario.
De esta forma, los investigadores estiman que comprar un nuevo smartphone consume tanta energía como seguir usando tu viejo modelo durante una década entera. Además, los terminales que se fabrican hoy en día contaminan más que los de hace algunos años, pues se hacen con pantallas más grandes y esto hace que tengan una huella de carbono mayor.
Estos dispositivos, además, han tenido otra consecuencia: disparar el uso de los servidores. Hasta hace unos años se accedía a Internet mayoritariamente desde ordenadores, es decir, o en casa o en el trabajo, como mucho desde uno de esos malogrados cibercafés. Pero ahora todos tenemos Internet en el bolsillo, las peticiones a los servidores son constantes y su gasto de energía ha aumentado considerablemente. En total, los centros de datos y servidores representan el 45% de las emisiones del sector TIC.
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