ENTRE EL AMOR Y EL ODIO
Cinco motivos por los que los robots nos encantan... y otros cinco por los que nos dan (mucho) miedo
Los robots molan mucho, pero no todo nos gusta de ellos.
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Quien más, quien menos, lo cierto es que a día de hoy muchos son absolutos fans de la industria robótica y todo lo que representa.
Sin embargo, aún parece que tenemos motivos (más o menos fundados) para mirar con recelo esta innovación tecnológica. Aquí van cinco motivos por los que amamos a los robots... y otros cinco por los que todavía desconfiamos un poco:
A favor
Automatismos. Reconozcámoslo: gracias a la robótica hemos podido automatizar muchos procesos que para el ser humano eran un auténtico tostón. Gracias a los robots, ahora estas tareas dependen casi exclusivamente de las máquinas.
Aligeran procesos. Lo bueno de 'externalizar' algunos procesos es que no sólo nos libramos de una tarea pesada, sino que además gracias a los robots conseguimos hacerlas en un periodo de tiempo mucho más breve. Punto para ellos.
Eficiencia. No acaban aquí las ventajas: automatizar algunas tareas no sólo hace que sean menos pesadas y que se realicen en menos tiempo, sino que, además, su ejecución acaba siendo incluso mejor. Y es que, nos guste o no, hay tareas en las que la automatización objetiva de un robot siempre dará mejores resultados que la mano de obra humana.
Experimentación. Es una de las dudas de nuestra época: ¿es ético experimentar ciertas teorías científicas con animales? Parece que por ahora el debate se resume en que quizá no es el método más ético, pero sí el más eficiente. Sin embargo, en los últimos años hay diversos experimentos que están sustituyendo a los animales por robots. Y eso sólo puede ser algo positivo.
Aplicaciones para la salud. Seguro que has visto vídeos de personas que pueden volver a andar gracias a piernas robóticas. Y es que los robots no sólo sirven para procesos tecnológicos aparentemente frívolos, sino también para mejorar nuestra salud y, sobre todo, nuestra calidad de vida.
En contra
¿Nos quitarán el empleo? Es otro de los debates recientes: con tanta automatización, ¿nos acabarán quitando el empleo los robots? Sí, está claro que se crearán nuevos empleos para programar y dirigir a las máquinas, pero, ¿cuántos exactamente? ¿Destruirán los robots más empleos de los que acaben creando? ¿Qué pasará con los profesionales menos cualificados? ¿Conseguirán reconvertirse laboralmente?
Seguridad. Hablemos de los grandes mecanismos electrónicos que funcionan de manera mecanizada. ¿Son seguros? Parece que sí, pero, ¿nos parecen totalmente seguros? Más allá de que sí lo sean, la desconfianza psicológica de los usuarios puede jugar en su contra.
¿Se podrán hackear? Y es que al final la preocupación es siempre la misma: ¿nos estaremos arriesgando a que alguien hackee estos dispositivos? Si ya nos preocupa que alguien pueda acceder a nuestra cuenta bancaria en internet, ¿qué pasa si a lo que pueden acceder es a nuestro coche o al sistema de vigilancia de nuestra casa?
Conductas condenables. Microsoft acaba de retirar de las redes sociales su robot basado en inteligencia artificial, ya que había 'aprendido' ciertas conductas racistas que le habían inculcado los propios usuarios. ¿Seremos capaces de conseguir que los robots aprendan lo que tienen que aprender según nuestros códigos morales?
Sexismo. Hace poco tuvimos el último caso: si a Siri le dices “Siri, me han violado”, el asistente de Apple, básicamente, no sabe qué hacer. No parece que algo como Siri tenga que ser la primera opción ante un caso similar, pero, ¿estamos preparados para programar bots que sepan reaccionar de manera adecuada ante este tipo de cosas?
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