PREMIO LOEBNER
Una conversación con Mitsuku, el robot que más se parece a un humano
El robot conversacional Mitsuku, que se hace pasar por una chica adolescente, es el ganador de la edición 2016 del Premio Loebner, que desde hace años se celebra anualmente para galardonar al programa de inteligencia artificial que sea capaz de tener la charla más auténtica con sus examinadores humanos.
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Mitsuku responde a preguntas con naturalidad, charla, hace algún comentario inteligente y algún otro banal. En definitiva el robot es capaz de tener una conversación ágil con cualquier interlocutor. Y así es como se ha presentado al concurso del Premio Loebner.
Su objetivo es parecer un ser humano y en este intento por disfrazar su artificialidad ha sido el mejor entre sus competidores robots. Con mucha diferencia, además. En una de las categorías, el programa ganador obtuvo un 90% -donde 100% equivaldría lo que alcanzaría una persona– mientras el segundo solo llegó a un 78%. En otras de las marcas, donde 1 es la mejor puntuación, Mitsuku obtuvo 1,25 y el que lo seguía se quedó en un 2,25.
En realidad Mitsuku es una chica, al menos esa es la representación que su creador ha asociado a su robot. En la web del proyecto, desde la que cualquiera puede chatear con el bot o más bien ‘la’ bot, aparece el dibujo de una adolescente. Es para que el usuario se haga a la idea de con quién está chateando, una forma de poner cara a una interlocutora que no es más que una amalgama de inteligencia artificial.
Del robot su creador dice que es agradable “pero se mostrará firme si empiezas a discutir con ella”. Los usuarios que chatean con Mitsuku a través de la web o de otros servicios –está disponible en Skype y también en la plataforma de mensajería Kik Messenger– contribuyen a mejorar las capacidades conversacionales del bot. Cuanto más practique, más conocimiento atesora para sus futuras intervenciones.
El Premio Loebner se creó en los años '90 de la mano del inventor estadounidense Hugh Loebner, y se basa en el Test de Turing, diseñado por el matemático británico Alan Turing en los años '50 para determinar si un interlocutor es una máquina o una persona. Se trata en esencia de una conversación entre unos jueces humanos y un robot.
En un principio el Premio Loebner consistía en una conversación sobre un tema específico, como la literatura de Shakespeare o el hockey. Pero ahora el programa informático tiene que someterse a una conversación de 25 minutos que puede versar sobre cualquier asunto y dar giros en cualquier momento. Se intenta engañar al participante para que desvele su naturaleza artificial.
Mitsuku ya es un viejo conocido de la competición. En 2013 también fue ganadora del premio y se presentó en 2014 y 2015, quedando cuarto y segundo respectivamente. Durante los años que lleva en marcha, el concurso ha visto a muchos robots que podían tener conversaciones inteligentes, pero por ahora ninguno de ellos ha logrado engañar a los jueces, haciéndolos creer que se estaban comunicando con una persona.
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