SE ACABÓ PERDER EL TIEMPO
Este collar te pega un calambrazo cuando navegas por páginas inseguras
Como no hay mal que por bien no venga, el Web Training Collar no tendrá el más mínimo reparo en recordarnos qué rincones de la Red no debemos visitar. La primera vez puede que logremos pasar por alto sus advertencias, pero a medida que aumente la intensidad de las cargas eléctricas comprobaremos que esas webs dejan de parecernos tan insignificantes.
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Los seres humanos somos extremadamente tozudos. Tanto que se dice que somos el único animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra. En internet, los traspiés los solemos dar al acceder a páginas que amenazan con aprovechar alguna vulnerabilidad de nuestro ordenador para colar algún 'malware'.
Con el propósito de impedir que naveguemos por esas webs maliciosas cayendo en la misma trampa una y mil veces ha nacido un dispositivo que nos advierte de una forma nada sutil del peligro que entrañan esas webs.
Para evitar que accedamos a lugares poco recomendables de la Red, esos en los que los desarrolladores no han tomado las medidas oportunas para que nadie pueda espiar lo que hacemos, el técnico holandés Jasper van Loenen ha encontrado una solución bastante drástica. Se trata de un dispositivo que colocaremos pegado a nuestro cuerpo y que se encargará de darnos una descarga eléctrica cuando pasemos por webs que entrañen cierto riesgo. Él lo ha bautizado como Web Training Collar.
Cansado de ver cómo los desarrolladores no se preocupan por utilizar el protocolo seguro (https), Van Loenen ha pergeñado un instrumento que permita al usuario saber qué páginas no son recomendables. Imitando los collares que se colocan a algunos perros para evitar su mal comportamiento, cualquiera puede fabricar su propio 'cinturón de adiestramiento web'.
Este dispositivo, que no sería conveniente colocar en el cuello sino en el brazo, incorpora una pequeña placa de Arduino que se encarga de recibir las señales que le envía una extensión, instalada en el navegador que utilizas, y que es la que determina cuándo estás visitando páginas poco seguras. Entonces, ese 'plugin' da la voz de alarma y el artilugio nos recuerda que ahí es mejor no entrar.
Se trata de la puesta en escena del famoso efecto Pavlov. Con cada nueva visita que el usuario realice a los sitios marcados como inseguros, el dispositivo aumentará la potencia de las descargas eléctricas. Así, si alguien muy tozudo aún se lo piensa dos o incluso tres veces, a la cuarta desechará por completo la posibilidad de acceder a esa web. Garantizado.
La idea de diseñar un dispositivo tan drástico surgió en el Controlegroep de Utrech. Los participantes de esta 'hackathon' se preguntaban si sería posible crear dispositivos y aplicaciones capaces de modificar el comportamiento de los usuarios. Ahí fue donde Jasper van Loenen cayó en la cuenta de que el dolor quizá podría ser una buena solución para concienciar a los internautas de la inseguridad de algunas webs que visitaban.
Además, hay quien plantea que más allá de mentalizar a los usuarios de la importancia de esquivar distintos rincones de internet, este dispositivo sería una buena herramienta para provocar una reacción también en los desarrolladores. Una vez que los usuarios, atemorizados por llevarse un calambrazo, evitaran entrar en sus 'sites', los creadores de los mismos tendrían que tomar cartas en el asunto para reforzar la seguridad.
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