APPLE WATCH SERIES 3
Probamos el Apple Watch Series 3: ¿merece la pena dar el salto?
Ya tenemos con nosotros al Apple Watch Series 3, el último modelo del reloj de la empresa californiana. Llevamos con él 72 horas, tiempo (nunca mejor dicho) en el que nos hemos podido hacer una idea de sus virtudes y el salto que supone respecto a generaciones anteriores.
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Antes de empezar, hay que hacer un matiz: España no es país para el Series 3, ya que se vende sin la mayor innovación de este modelo, la conectividad LTE (reflejada en el punto rojo sobre la corona, ausente en los que se venden en este mercado).
Esta conectividad se consigue gracias a una SIM virtual que 'clona' a la SIM física del iPhone y sólo la usa cuando el teléfono está demasiado lejos, momento en el que comienza a usar su propia conectividad. Así podemos atender llamadas, mensajes o escuchar música en streaming aunque tengamos el iPhone a kilómetros. Por cuestiones de acuerdos con operadoras, esta característica no está disponible en España.
Dicho eso, la mayor novedad presente, LTE al margen, es lo velocísimo que resulta para tareas antes demasiado lentas. La más destacada es el uso de Siri. Ahora podemos decirle “oye Siri -pausa muy leve para que el reloj responda-, ¿cómo quedó ayer el Barcelona?”, y Siri no tarda ni un segundo en respondernos de viva voz y mostrar en pantalla los detalles. Antes podía tardar tres o cuatro segundos perfectamente, una diferencia que quizás parezca ridícula pero que es enorme cuando estamos con el brazo levantado: en la muñeca, todo debe ir mucho más rápido que en el móvil.
Otras tareas, como la navegación por la interfaz o la carga de algunos ítems -valores bursátiles, predicción metereológica…- son igualmente más rápidas. Y el altavoz ahora es bastante más potente, algo que ayuda a responder llamadas usando el manos libres sin preocuparnos por el teléfono. Se trata de una característica bastante idónea en ciertas situaciones, como cuando cocinamos, jugamos a la consola o estamos conduciendo.
¿Qué más novedades hay? Realmente, ninguna más en cuanto a hardware. Se mantiene la batería de unas 18 horas de uso y la resistencia al agua -50 metros-, así como los tamaños de 38 y 42 mm. El resto de novedades forman parte de watchOS 4, el sistema operativo al cual también pueden actualizar los propietarios de generaciones anteriores.
Entre sus mejores características destacan tres. Una, una aplicación de entrenamientos rediseñada y muy acertada que permite empezar las sesiones más rápido. Dos, la esfera de Siri, que coloca en la pantalla del reloj lo que cree que mejor nos va a venir (una alerta de lluvia o un recordatorio de nuestras próximas citas en el calendario, por ejemplo). Tres, que cuando escuchamos música o un podcast aparecen automáticamente en pantalla los controles de reproducción al levantar la muñeca.
Hay aspectos del software que todavía necesitan ser afinados. Por ejemplo, encontrar una interfaz para los iconos de las aplicaciones que sea óptima, rápida, manejable y simple. El formato colmena lleva tiempo dejándonos salir del paso, pero no termina de cuajar como la opción definitiva. Siri, la interfaz mediante voz, también necesita ir mucho más allá hasta ser prácticamente natural y más conversacional. Al fin y al cabo, el reloj inteligente es lo que más impulso puede dar al sonido inalámbrico, y ahí también entran los asistentes.
Entonces, ¿merece la pena actualizar al Series 3? Como casi todo en la vida, depende. Si tenemos un Series 0 -el modelo original lanzado en España en 2015-, seguramente sí merezca la pena por la velocidad, aunque si no usamos el Watch más que para ver notificaciones y controlar nuestra actividad física, tal vez no tenga mucho sentido actualizar.
Otro caso es si usamos mucho el reloj al exterior, ya que la diferencia en el brillo de sendas pantallas es enorme. Si tenemos un Series 1 o 2, las diferencias se harán aún más leves, así que sólo tendría sentido actualizar al 3 si somos entusiastas de la tecnología, apreciamos mucho la diferencia de rendimiento y no nos duele el dinero a desembolsar. La carencia del LTE en el modelo español resta puntos.
¿Y si no tenemos ningún reloj así? En ese caso, no lo duden: es el mejor smartwatch del mercado, e incluso podemos plantearnos ir a por el Series 1, 100 euros más barato en el modelo básico.
Los smartwatches están en el momento en el que estaban los smartphones en 2005: sabíamos que eran el futuro, pero todavía faltaba que alguien diera con la tecla para hacerlos universales. Y el Apple Watch es el mejor posicionado para ello, lleva tres años limándose, renunciando a algunos elementos y asumiendo otros.
Las ventas le respaldan: no podemos decir que sea un éxito rotundo, pero desde luego no son ningún fracaso... y menos aún si miramos las cifras de ventas de sus competidores. Con la velocidad y la independencia (no en el caso del modelo que llega a España) que tiene este Series 3, podemos intuir por dónde irán los relojes del mañana, los que llegarán a muchos más usuarios. Si los combinamos con los AirPods y nos dejamos el móvil en casa, la suma es simplemente el futuro cercano que llegará tanto con Apple como con el resto.
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