EL DISPOSITIVO PODRÍA CHIVAR DÓNDE ESTABA UNA VÍCTIMA Y QUÉ HACÍA
Qué datos puede usar la policía del asistente Amazon Echo para resolver un crimen
El asistente para el hogar Amazon Echo almacena cierta información que podría ser útil a la policía a la hora de resolver un crimen. Así lo cree un departamento de la ciudad de Bentonville, en Arkansas, donde investigaron el dispositivo de una víctima en busca de pistas.
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Amazon Echo se ha convertido en una sensación tecnológica. Este altavoz inteligente, que atienda a comandos de voz y está preparado para ocupar su trono como mayordomo digital de la casa, ha abierto un nuevo mercado para la electrónica de consumo. Apareció a finales de 2014. Después le han seguido otras versiones del dispositivo y le ha nacido competencia: Google Home. Incluso se dice que Apple estaría pensando en lanzar su propio producto, mientras en Samsung y Microsoft también se mueven estas aguas.
Cuantas más ventas más impacto social tienen estos dispositivos. Y, claro, surgen los conflictos. El que tuvo lugar en la ciudad de Bentonville, en el estado de Arkansas, tenía un crimen de por medio. Tanto víctima –fallecida– como el principal sospechoso tenían un Amazon Echo en su casa. La policía lo vio claro: si investigaban los dispositivos quizá encontraran alguna pista.
El problema es que esto entra en conflicto con la privacidad de los usuarios y necesita de una orden judicial. El juez tiene que decidir que sí, que bucear en los datos del Amazon Echo puede contribuir a resolver el crimen. El interrogante es evidente: ¿qué puede obtener la policía del dispositivo?
Para empezar el almacenamiento local del Echo es de 4GB. Aunque la mayor parte de estos los ocupa el firmware, que hace posible que el dispositivo funcione. Podría ser de más valor la información grabada en los 250 MB de memoria RAM, que tienen la clave de la última conexión que hizo el usuario. Lo malo es que este tipo de memoria se borra automáticamente al encender de nuevo el altavoz.
Habría que investigar al Echo por otras vías. Gran parte de la información sobre el uso del dispositivo está contenida también en la aplicación móvil asociada a este. En ella se almacenan versiones en texto de las conversaciones que el usuario tiene con su asistente personal. Cada una de las peticiones por voz se transcribe y se guarda.
Eso sí, para acceder a estas transcripciones hay que desbloquear el terminal móvil, una tarea ardua, especialmente en iPhone. Ya quedó demostrado en el caso de San Bernardino, cuando Apple se mantuvo firme ante las autoridades, que pedían que desbloqueara el terminal de un sospechoso.
Hay herramientas que permiten extraer información de estos equipos electrónicos. La compañía Magnet Forensics cuenta con una específica para el Amazon Echo, pero orientada solo a la aplicación móvil.
Según esta compañía la información que se puede obtener podría ser útil para conocer más detalles sobre un caso. Dar con una pista que sea la clave para resolverlo, esto ya es otra cosa. En primer lugar los datos contenidos revelarían en qué momento exacto el usuario estaba en la habitación donde se encuentra el Echo. También se puede rescatar la petición que le hizo al asistente y otro detalle interesante: parte de la agenda del usuario. Comandos como ‘recuérdame que llame a María a las cuatro’ o ‘recuérdame que he quedado a cenar a las nueve’ también se quedan grabados en la memoria.
Si se diera una casualidad superlativa podría ser que Amazon Echo grabara alguna conversación accidentalmente, pensado que se estaba hablando con él. Esto ocurre cuando el altavoz detecta que alguien ha dicho ‘Alexa’, la palabra que lo despierta. Si en medio de un griterío hubiera escuchado ‘Alexa’ y se hubiese encendido, el dispositivo podría haber generado una transcripción de la conversación que estuviera teniendo lugar.
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