APPLE, SAMSUNG Y GOOGLE SE LO DISPUTAN
Así está el mercado del pago por móvil en la actualidad
2016 fue el año de la llegada de los pagos móviles a España. Llegó tras unos años de tentativas, promesas que se quedaban a medias, tentativas de las operadores e infaustas pegatinas NFC como solución sin alternativa.
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La primera en cruzar el Rubicón fue Samsung con Samsung Pay, a finales de la primavera. Más tarde debutó Apple Pay, y ya en 2017 se estrenó Android Pay, rebautizada hace unos meses como Google Pay.
En este tiempo hemos ido viendo anuncios de nuevas entidades bancarias que se han ido sumando a unas u otras opciones, pero sobre todo, hemos visto un ganador claro por encima del resto. No hay más que ver la lista de partners de cada uno de los tres actores principales.
Apple Pay: American Express, Bankia, Bankinter, Boon, Bunq, CaixaBank, Caja Rural, Carrefour Pass, EVO, ImaginBank, N26, Openbank, Orange, Sabadell, Santander, Sodexo, Ticket Restaurant. Además, BBVA y Banca March han sido confirmadas como las próximas entidades en incorporarse.
Google Pay: American Express, Correos, BBVA, Openbank, Ticket Restaurant, N26, Sodexo.
Samsung Pay: Abanca, CaixaBank, El Corte Inglés, ImaginBank, Openbank, Sabadell, Santander, Wizink.
Los primeros meses de Apple Pay, prácticamente el primer año, avanzaron muy lentos. La única entidad bancaria nacional con ellos era el Banco Santander, y no parecía haber avances. Por si fuera poco, varias entidades bancarias se negaban en rotundo a pasar por el aro de las condiciones de Apple.
Lo que ocurrió después fue un déjà vu de lo que había ocurrido diez años antes con la llegada del iPhone y su comercialización por parte de las operadoras. En aquella ocasión, las telecos vieron cómo un recién llegado les ponía normas que ni la Nokia de los mejores tiempos les había puesta.
En esta ocasión, los damnificados fueron los bancos, acostumbrados a tener la sartén por el mango, y que han acabado teniendo que ceder a la presión de un jugoso sector de su clientela. Sin una forma efectiva de medir su influencia a día de hoy, sí es cierto que no hay más que darse una vuelta por las redes sociales de ING, por ejemplo, y ver las decenas de menciones diarias que le piden la adopción de Apple Pay.
Incluso hay una petición activa en change.org que se acerca al millar de firmantes. De fondo, una idea consolidándose poco a poco: para ciertos clientes, contar o no con esta solución puede ser motivo de pérdida o captación de un cliente.
Mientras tanto, el goteo de nuevos socios a las plataformas de pago de Google y Samsung ha sido mucho más tenue, pese a que sus condiciones son a priori más ventajosas para los bancos. Definitivamente, la historia con las telecos se ha repetido.
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