SU PRINCIPAL ASESOR EN MATERIA TECNOLÓGICA
Así piensa Peter Thiel, la mente tecnológica de confianza de Donald Trump
Vendió PayPal a eBay con Elon Musk como socio, se convirtió en el primer inversor externo de Facebook y luego se transformó en el polémico ultraliberal que respalda con ahínco a Donald Trump. Así es el asesor en materia tecnológica del presidente electo de los Estados Unidos.
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De niño y adolescente era un magnífico jugador de ajedrez, uno de los mejores menores de 21 años en EEUU. También estaba obsesionado con la ciencia ficción (Isaac Asimov y Robert Heinlein se contaban entre sus autores favoritos), con ‘Dragones y Mazmorras’ y con ‘El Señor de los Anillos’, una saga literaria que sembró la semillas de su ideología. Con la historia del Anillo Único aprendió que el poder corrompe a las personas.
De origen alemán (nació en Frankfurt en 1967), los padres de Peter Thiel cruzaron el charco cuando tenía solo un año y se crió en Foster City (California). Estudió filosofía en la prestigiosa Universidad de Stanford, alma mater de un sinfín de magnates tecnológicos, y moldeó su pensamiento político al frente de un periódico universitario.
Se autoproclama libertario, un término poco habitual por estos pagos que allende los mares define a los más liberales de los ultraliberales. Su máxima: cortar las alas gubernamentales tanto como sea posible y dejar que el individuo se mate sus propias pulgas. Por resumirlo con sus propias palabras, “mi ideal es un gobierno pequeño que alcance más con menos”.
De todo esto estaba ya imbuido en tiempos de estudiante, pero es lo que vendrá después lo que define verdaderamente a este polémico rey Midas que convierte en oro todo lo que toca. En 1998, junto a Max Levchin (Slide, Affirm), Thiel fundó Confinity, una empresa de pagos que se fusionaría años más tarde con X.com, creada en 1999 por el mismísimo Elon Musk, hombre de moda e impulsor de proyectos visionarios como Tesla, Space X o Hyperloop.
Juntas, las firmas de Thiel y Musk dieron lugar a PayPal, un gigante por todos conocido que salió a Bolsa en febrero de 2002 y fue comprado por eBay en verano del mismo año por la friolera de 1.500 millones. De aquel proyecto pionero saldría, además, toda una generación de emprendedores de éxito que se conoce como 'mafia de PayPal', cuyo capo, el propio Thiel, invirtió con increíbles resultados en proyectos posteriores de sus excompañeros.
Pero si hay una apuesta que le ha valido su fortuna y fama es la que realizó por Facebook a finales de 2004, convirtiéndose en el primer inversor externo de la compañía. Metió 500.000 dólares a cambio del 10,2% de la empresa y un asiento en su junta directiva que aún mantiene.
Pese a todo, la comunidad de Silicon Valley tiene a Peter Thiel por un personaje cuanto menos controvertido: un inversor brillante (quizá incluso el mejor) cuya excelencia en los negocios se ve empañada por su filiación política radical y su reciente apoyo a Donald Trump. Tras apoyar fervientemente al republicano durante la campaña, ha sido elegido para formar parte del equipo de transición del presidente electo.
No se mudará a Washington ni aceptará el puesto con el que soñaba de joven, un asiento en el Tribunal Supremo. Ni siquiera parece probable que vaya a tener un cargo, al menos formalmente, en la Administración. Sin embargo, su voz será escuchada. Y eso sienta mal en un sector, el tecnológico, mucho más cercano a las posturas demócratas en asuntos tan cruciales como la inmigración (sobre todo si se trata de ingenieros indios, chinos -o alemanes- formados en las principales universidades asiáticas) o el libre comercio.
“Hemos pasado a la siguiente página del libro de la historia”, ha dicho Thiel tras la elección del cuadragésimo quinto líder estadounidense. “Intentaré ayudar al presidente en todo lo que pueda”. Y eso incluye tender puentes entre la Administración y las empresas tecnológicas, algunas de las más valiosas y poderosas del mundo, que no parecen muy contentas de tenerle al frente del país.
“Sería una locura pasarse cuatro años publicando mensajes de denuncia en Twitter”, ha expresado al respecto. “Durante un día o dos está bien. Pero tengo la esperanza de que Silicon Valley va a ser más productivo que eso”. No obstante, su decisión de respaldar a Trump le ha costado amigos en la meca de la tecnología. “Sin duda ha generado mucho rechazo”, ha confesado. “Me sorprende que alguien diga que te sales del tiesto por tomar la posición que ocupa la mitad del país”.
Una posición que no sorprende tanto si se tiene en cuenta su pasado. Thiel ya respaldó a republicanos como Mitt Romney o Ron Paul en sus candidaturas a la presidencia, aunque ya entonces, en 2012, dijo que lo hacía con vistas al futuro: “La campaña en realidad es para 2016… Creemos que estamos intentando construir una base libertaria para el próximo ciclo”.
Su predicción no andaba desencaminada. Ahora, con Trump en el poder, su voz se escuchará en la Casa Blanca. Sin embargo, más allá de la tecnología o los negocios, hay asuntos en los que tendrá que disentir con el teñido mandatario. "No estoy del todo de acuerdo con lo que Trump ha dicho o hecho. Sus comentarios sobre las mujeres son inaceptables, hirientes y totalmente fuera de lugar”, admitía Thiel durante una intervención en el Club de Prensa de Washington.
Además, el multimillonario fundador de PayPal y primer inversor de Facebook es abiertamente gay. Ha respaldado campañas por los derechos de las personas homosexuales y ha donado importantes sumas de dinero a la causa por el matrimonio entre parejas del mismo sexo, algo que choca frontalmente con algunas declaraciones de Trump.
Sin embargo, cree que "Trump tiene razón en aspectos decisivos e importantes” y que representa un repertorio de ideas que “no es una locura y no se esfumará”. Verso suelto entre los suyos, Thiel, que fue libertario antes que CEO, apuesta firmemente por Trump. “Cuando se haya olvidado esta campaña electoral y se haya escrito la historia de esta época”, anticipa, “la única pregunta será si esta nueva política no llegó demasiado tarde”.
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