Por un like o un seguidor, no merece la pena
¡Cuidado con el live streaming! Compartir contenidos de otros tiene consecuencias
Ya no solo te pones en peligro a ti cuando compartes tu vida privada por vídeo en streaming, si no que estás vulnerando los derechos de los demás cuando grabas a otras personas y la sacas de su anonimato. Mucho cuidado con lo que compartes por redes sociales como Facebook Live, Periscope, Snapchat o Youtube.
Publicidad
El live streaming o los servicios de emisión de vídeo en directo nos está llevando a comprometer la intimidad de las personas y a la retransmisión de contenidos nocivos, e incluso, delictivos con el objetivo de compartir y conseguir “likes”. En la gran mayoría de casos, no tenemos permiso para la difusión de esos contenidos y puede tener consecuencias. Cuidado con lo que difundes por streaming.
Hace unos años, la preocupación sobre la presencia de contenidos nocivos (violencia, trastornos alimentarios, autolesión, muertes, decapitaciones, porno, etc.) en las redes se extendía a aquellas webs y foros más accesibles al público en general en la web superficial (no en la deep web). En ocasiones, nos llegaban y llegan peticiones de la Fiscalía, el Defensor del Pueblo o del Menor o de ciertas Asociaciones para que estudiáramos el tipo y la licitud de esos contenidos y si era posible, proceder a su retirada.
Lo que ninguno imaginábamos es que el peligro por la difusión de este tipo de contenidos iba a venir del propio usuario final y la posibilidad de difundir en vivo o “live streaming” (plataformas como Facebook Live, Periscope, Snapchat, Youtube, etc.) todo aquello que encuentra en su camino. En la policía, dado que no podemos estar en todos los sitios a la vez ni tener conocimiento de todo lo que ocurre en la Red, siempre se ha dicho que los mejores ojos son los del ciudadano. La información que capta y que nos ha reportado siempre por canales privados es de gran utilidad.
Pero no vale cualquier tipo de información. Los problemas pueden venir cuando la información se capta de cualquier fuente, lugar y se reporta de forma pública. Una menor fue grabada por su amiga mientras era violada, otro colgó un vídeo de su “amigo” mientras mantenía relaciones sexuales con otro chico que le llevó al suicidio, dos hermanos grabaron a otro mientras prendían fuego a dos policías. Desde hace ya un tiempo, cualquiera puede ser testigo de los actos violentos y terroristas que estamos viviendo como si estuviera en el lugar de los hechos. El ansia por grabar o exhibir nuestra propia imagen nos lleva a exponer incluso nuestra propia vida, grabando en mitad de un tiroteo, una explosión y despeñados o estrellados por un selfie. Luego difundimos la crueldad de las imágenes hasta la saciedad por redes sociales y medios de comunicación por ser el primero en publicar, obtener más likes y ganar seguidores. Si no pensamos en los peligros para nuestra propia vida ¿Cómo vamos a pensar en las consecuencias?
Que arriesguemos o no nuestra propia vida es una decisión personal pero publicar vídeos y fotos donde aparece la imagen de otras personas anónimas, menores e incluso muertos o poniendo en el punto de mira públicamente a alguien por lo que a tu parecer es estar cometiendo un delito, desconociendo que poseen derechos susceptibles de ser protegidos, es algo que deberías tener en cuenta si lo haces. Derechos como la seguridad, la intimidad o a la propia imagen deberían ser conceptos familiares si decides exponer a otros, vivos o muertos. Publicar vídeos o fotos de otras personas puede suponerte ser objeto de una investigación o demanda en un Juzgado por la persona que crea vulnerados tales derechos.
Si además eres el mismo que graba las imágenes de unos hechos que pudieran ser delictivos, podrías ser considerado cómplice de los mismos, encubridor o estar dejando de prestar un socorro al que estas obligado cuando pudieras hacerlo sin riesgo para tu persona y la de terceros o de avisar a alguien que pueda hacerlo.
Consecuencias legales de difundir fotos e imágenes de menores
En este post de obligada lectura de @xataka, los abogados @bufetalmeida @sergiocm y @davidmaeztu os hablan de las consecuencias legales de extraer un vídeo de la propia red social donde lo ha publicado originariamente su autor. En este caso, hablan del vídeo difundido hasta la saciedad por todos los medios, bautizado como "Ni Periscope ni hostias". Sus autoras solo dieron su consentimiento a la red social Periscope al aceptar sus Términos de Uso y miles de usuarios y otros tantos medios han difundido el video hasta la saciedad fuera del propio Periscope, sin su consentimiento. Según los abogados, aunque pueda parecer inviable por la infinidad de veces que se ha hecho, nada impediría a la chica acudir a la Agencia de Protección de Datos o interponer una demanda contra cualquiera que lo haya difundido fuera de Periscope por vulneración del derecho a su imagen (cara sin tapar y que permite el reconocimiento).
También, el hecho de grabar o fotografiar a una persona en su intimidad y después difundirlo o, simplemente, el tomar parte de la difusión de ese material sin su consentimiento, normalmente por redes sociales o cualquier otro medio, es, desde hace un año, un delito contra la intimidad que conocerás o habrás oído como “sexting”. Da igual la edad que tenga la víctima, no tiene por qué ser menor. El mero acto de publicar esos vídeos y/o fotos en medios de difusión masiva tan difíciles (por no decir imposible) de eliminar es lo suficientemente humillante para la víctima como para obtener ya la entidad de delito.
Por tanto, si vais a compartir contenidos que afecten a otros, es necesario que tengáis presente que podríais enfrentaros a las siguientes consecuencias:
-Cometer delitos contra la imagen personal o la intimidad (sexting), en el caso de que las fotos se hayan tomado dentro de un ambiente personal fuera del alcance de terceros y sin consentimiento.
-Veros envueltos en investigaciones policiales/judiciales como autores o cómplices de determinados delitos o demandados por derechos de imagen.
-Desvelar técnicas policiales o puntos de control que puedan ayudar a los autores a eludir la acción de las autoridades policiales dando posibles pistas o puntos de huida.
-Contribuir a que se perpetúen contenidos violentos y nocivos en la Red.
-“Normalizar” e integrar como algo habitual en nuestras vidas (y en especial entre los menores) los contenidos violentos, disminuyendo el grado de tolerancia a hechos que menosprecian gravemente la dignidad e integridad de las personas.
-Provocar posibles “conductas de imitación”, al ver que atentados y acciones de este tipo generan tanta repercusión en redes sociales y medios de comunicación.
-Provocar más confusión y alerta de la que ya existe.
Tuya es la decisión de ser la estrella de tus propios vídeos pero nada ni nadie te da derecho a convertir en protagonista a los demás y mucho menos a difundirlo por la Red. Por favor, no compartas, por un like o un seguidor, no merece la pena.
Publicidad