Internet
Crecen los delitos de 'sextorsión' entre los usuarios de cámaras conectadas Ring y Nest, ¿puede afectarte a ti?
Los chantajes a usuarios de estos dispositivos ha crecido por encima del 240% en los últimos dos años.
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En el manual del buen uso de las redes sociales que deberíamos darles a nuestros hijos cuando se adentran en los peligrosos mundos de internet, y las redes sociales, está el tener un cuidado extremo en el momento de decidir qué deben y qué no deben compartir, porque la fotografía que menos problemas puede causarles es aquella que todavía no se han sacado. Sobre todo si nos referimos a esa costumbre de los chavales más jóvenes de posar semidesnudos o en posturas un tanto provocativas para enviarlas a conocidos y amigos.
El problema es que ahora parece que todo eso que les hemos dicho a nuestros hijos pasa a tener un valor relativo, porque nacen nuevas amenazas que se producen incluso cuando no hemos cometido ninguna imprudencia. Simplemente porque hay alguien que nos escribe diciendo que lo hemos hecho y que tiene pruebas de ello. Materiales que, por supuesto no utilizará si accedemos a pagar una cantidad de dinero en Bitcoins.
Este tipo de sextorsiones está creciendo exponencialmente en los últimos tiempos por la proliferación de cámaras de seguridad como las que venden Ring (Amazon) o Nest (Google) que, al estar permanentemente conectadas, siempre corren el riesgo de ser hackeadas para espiar a los usuarios que las instalan. O eso creemos, porque luego la realidad no es esa y si accedemos a pagar por una sextorsión así es porque pensamos, creemos o imaginamos que algo tienen en su poder con lo que podrán chantajearnos.
Pero, ¿realmente han hackeado nuestra cámara y el pirata informático tiene material que utilizar contra nosotros? Hay que decir que en la mayoría de ocasiones los delincuentes no guardan nada con lo que extorsionarnos. Solo nuestra inocencia de creer que sí cuentan con algo al avisarnos en los correos electrónicos de que nos han grabado desnudos o en una situación comprometedora. ¿Y cómo le dan veracidad? Pues incluyendo una dirección de email vuestra y una antigua contraseña que habrán conseguido de alguna base de datos pirata en la red.
Con este procedimiento, y según datos del propio FBI, estas sextorsiones han crecido más de un 240% en los dos últimos años, un problema que ha costado 83 millones de dólares a los afectados solo durante el año 2018, por lo que es evidente que se trata de un método que funciona, aunque sea en un porcentaje muy bajo, y que está en nuestras manos evitar que siga produciéndose.
Protege tu intimidad y no hagas caso de las amenazas
Lo primero que deberíamos hacer es quitar cualquier cámara conectada que tengamos en nuestra casa y que pudiera ser susceptible de grabarnos en situaciones comprometidas. Eso incluye habitaciones donde nos vestimos y desvestimos, y otras zonas donde nuestros hijos pudieran ser observados sin su consentimiento.
Lo esencial es circunscribir el uso de estas cámaras Ring o Nest a su verdadera función, que es la de controlar los alrededores de la casa o la puerta, como timbres inteligentes que nos indican quién llama. Si vais a dar el paso de monitorizar todas las estancias de la casa, pensadlo detenidamente y sed conscientes en cada momento de lo que podéis y no podéis hacer delante de ellas.
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