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Solemos imaginar un lugar de trabajo como algo gris, en ocasiones frío, impersonal, aburrido y, desde luego, poco agradable. Pero las oficinas de Google son distintas. Ubicadas en el corazón del distrito financiero de Madrid, en las plantas 16 y 17 de un rascacielos emblemático como es la Torre Picasso, una de las mayores empresas tecnológicas del mundo acoge en su filial a más de un centenar de trabajadores de nacionalidades diversas. Exigen un rendimiento extraordinario, pero a cambio ofrecen unas condiciones envidiables.
En total son dos plantas completas de oficinas diáfanas, con cafeterías y rincones con comida y bebida gratuita, horarios flexibles y facilidades de todo tipo para el trabajador. La exigencia a la hora de desarrollar el trabajo es máxima, acorde con una empresa del nivel del gigante de los buscadores, pero el pago ofertado no es menor: tecnología y todo tipo de detalles que la mayoría de los trabajadores no han tenido en su vida.
¿Imaginas jugar al futbolín o a la consola en un descanso? ¿Quizá ponerte a tocar la guitarra eléctrica o, sencillamente, darte una ducha? Todo eso es posible en este lugar.
Anaïs Pérez Figueras, responsable de comunicación de Google en España, nos enseña las oficinas y nos explica cómo se vive y trabaja en el interior de un gigante como este.
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