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EL 90% DE USUARIOS TIENE IOS 7; Y AHORA LLEGA IOS 8

La fragmentación (o cómo pegarse un tiro en el pie siendo Apple)

El sistema operativo de Google ha tenido en la multiplicidad de dispositivos uno de sus principales problemas, pero Apple parece empeñado en imitarle.

Datos oficiales de Apple

Datos oficiales de AppleApple

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Cuando Google decidió meterse en el mundo de los sistemas operativos móviles Apple ya estaba dominando el mercado. Los de la manzana lo hicieron con un terminal que iban mejorando año a año, sin ceder a ningún fabricante su software y dominando todo el proceso. El resultado es bien sabido: una unión perfecta entre una máquina creada para correr con iOS y un sistema operativo cerrado, muy seguro y estable, aunque siempre lento a la hora de abrirse a las mejoras de los desarrolladores.

Para subirse al carro Google tiró de otra filosofía. Creó Android sobre software libre y repartió su sistema operativo a multitud de fabricantes, de forma que se centraron en la programación y dejaron a otros la creación de hardware. El resultado también es conocido: muchísimos fabricantes dejaron de lado otros SO (Symbian y algunos propios menores en especial) y abrazaron el potente código de Google, que en poco tiempo se puso a la altura y superó en prestaciones a iOS (valga recordar aquí lo que costó poder copiar y pegar en un iPhone).

Así, lo que Apple logró tras revolucionar el mercado con un terminal novedoso, Google lo logró repartiendo su alma en trozos. También intentaron dar el salto a la fabricación de terminales, con la gama Nexus de la mano de diversas marcas, pero el resultado no ha sido el esperado aunque los aparatos sean una pasada.

Pero esta carrera de dos velocidades arrojó un grave problema para Google: la fragmentación. El hecho de que su sistema operativo corriera en aparatos de fabricantes diversos, con diferentes prestaciones, diferentes pantallas y diferentes resoluciones era una lata para un mercado de aplicaciones que ha acabado siendo el centro del negocio móvil: ¿cómo puede un diseñador hacer algo para dispositivos tan diversos? Mejor, claro, centrarse en Apple entonces.

Dos problemas para este planteamiento. El primero, que Apple es líder indiscutible en EEUU, pero Android es líder en más de medio mundo. La lucha es enconada. Entonces, si soy desarrollador, no puedo pasar de Android, ¿no? Hace unos meses contábamos el penúltimo tiro en el pie de Google a este respecto: al sacar Android 4.4 KitKat, su última versión, idearon un sistema operativo con bajos requisitos técnicos para que pudiera correr en muchos de sus terminales activos y evitar que se quedaran desfasados. Era la vacuna perfecta contra el virus de la fragmentación. Pero por alguna razón decidieron limitar el número de terminales que podrían actualizarse, incluyendo algunos Android 'puros' (fabricados bajo tutela de Google) que aún no estaban viejos, como el Galaxy Nexus.

Vale, entonces definitivamente me lanzo a por Apple y paso de Android. No tan rápido, forastero programador. Apple, que lo tenía todo para vapulear a Android en esto, parece también querer fragmentarse. Lo hizo hace unos meses cuando forzó a todas las apps a cambiar su diseño para adecuarse a iOS7 bajo pena de no poder actualizarse, y con el propio iOS7 que cambiaba de 32 a 64 bits la configuración de las apps.

Podría parecer que ambas medidas van justo por el lado contrario: unificar en lo posible todo hacia iOS7 aunque sea a costa de los usuarios con terminales viejos que no pueden actualizarse. A fin de cuentas, el 90% de los usuarios actuales usan iOS7, por el 9% que siguen en iOS7 y un ínfimo 2% que usan versiones anteriores.

Pero no La cifra es de agosto, un mes antes de que llegue el nuevo iOS8, que quizá no traiga grandes novedades de diseño, pero sí un montón de cosas técnicas (widgets, libertad para desarrolladores y muchas cosas más no tan conocidas). Apple quiere ser un poco como Android, en lo malo y en lo bueno. Dicho de otra forma: ahora que un 90% de los usuarios se han ajustado a los designios de iOS7 llega iOS8

Parece que en lugar de combatir la fragmentación y ponérselo fácil a los desarrolladores, Apple y Google están encantados de hacer lo contrario. La cuestión es, ¿por qué?

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