¿TE HAN PILLADO?

Un estudio demuestra que nuestro cerebro se apaga durante las videollamadas

Una investigación revela que las videollamadas disminuyen la actividad neuronal en comparación con las conversaciones cara a cara.

Un estudio demuestra que nuestro cerebro se apaga durante las videollamadas

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Las plataformas de videollamadas como Zoom, Google Meet, Skype, WhatsApp y Microsoft Teams, que se popularizaron durante la pandemia de Covid-19, han dejando una huella significativa en la forma en que nos comunicamos. Aunque la crisis sanitaria ha disminuido, estas herramientas siguen siendo utilizadas ampliamente por sus ventajas. Sin embargo, un reciente estudio sugiere que estas tecnologías podrían estar afectando negativamente nuestras conexiones humanas reales.

La investigación, liderada por la neurocientífica Joy Hirsch de la Universidad de Yale, indica que las videollamadas vía Zoom son un sistema de comunicación social empobrecido en comparación con las conversaciones cara a cara, demostrando que las señales neuronales caen de manera exponencial durante este tipo de encuentros en comparación a las reuniones reales. Publicado en la revista Imaging Neuroscience, el estudio utilizó sofisticadas herramientas de neuroimágenes para rastrear la actividad neuronal de los participantes tanto en interacciones presenciales como en videollamadas.

Videollamada.
Videollamada. | rawpixel.com / Freepik

El equipo de Hirsch examinó las señales neuronales y la mirada de los participantes, descubriendo que los sistemas sociales del cerebro son más activos durante las interacciones en persona. En contraste, las videollamadas muestran una notable disminución de la actividad neuronal en áreas críticas como la región dorsal-parietal y es que durante las reuniones reales se registraron periodos mucho más largos de mirada atenta, con un mayor diámetro en las pupilas. Este dato es importantísimo pues es el reflejo del incremento de actividad cerebral.

En las conversaciones cara a cara, los investigadores observaron una coreografía compleja en las áreas cerebrales que gobiernan las interacciones humanas, así como períodos más largos de mirada atenta y un mayor diámetro pupilar, lo que sugiere una mayor excitación y actividad cerebral. Además, las interacciones presenciales mostraron una actividad neuronal más coordinada entre los participantes.

Hirsch concluye que las representaciones online de rostros, con la tecnología actual, no ofrecen el mismo acceso a los circuitos neuronales sociales que las interacciones en persona. Esta diferencia se debe en gran medida a las limitaciones de los software de videollamadas, incluso con las cámaras de alta resolución disponibles en el mercado. Estos resultados se distancian por completo de los obtenidos en las videollamadas. Aunque se destacan los beneficios de este tipo de programas, las distracciones son mucho más frecuentes. Por otra parte, durante las videollamadas cierto tipo de mensajes o incluso señales faciales pueden perder fuerza, a pesar de estar viendo a la otra persona.

Este estudio subraya la importancia de las interacciones humanas reales y sugiere que, aunque las plataformas de videollamadas ofrecen conveniencia, no pueden replicar completamente la profundidad de las conexiones cara a cara.

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