Internet
Si un exejecutivo de Amazon desactiva los micrófonos de Alexa, ¿qué debemos hacer nosotros?
La confesión realizada en un reportaje de la BBC ha causado sorpresa, en medio de la polémica sobre qué y quién escucha nuestras conversaciones.
Publicidad
Existen dos formas de enfrentarse a la novedad que supone instalar un altavoz inteligente en nuestra casa: plantearnos de forma realista los problemas de privacidad que pueden acarrearnos y devolverlos a la tienda, o asumir que vivimos vigilados por todos los dispositivos inteligentes que utilizamos. Por lo que acabamos por pensar aquello de "total, por uno más, ya sabrán todo de nosotros".
Eso es cierto. Han sido muchas las noticias que hemos visto en los últimos tiempos de empresas que venden este tipo de dispositivos y que han reconocido que algunas de las conversaciones capturadas por estos altavoces inteligentes acaban en sus servidores. Es el caso de la propia Amazon, que tiene en sus dispositivos Echo toda una gama de asistentes que nos ayudan en lo que les pidamos a través de órdenes de voz.
El problema es que ahora se ha conocido que un antiguo ejecutivo de Amazon, Robert Frederick, confesó en una entrevista reciente a la BBC que no duda en desconectar le micrófono de sus altavoces Echo cuando quiere tener un "momento privado [...] No quiero que los humanos escuchen ciertas conversaciones. Las conversaciones que conozco [...] no son cosas que deberían compartirse, entonces apago esos dispositivos de escucha".
Estas declaraciones no han sentado demasiado bien en Amazon, y critican al medio por recurrir a un empleado que abandonó la empresa mucho tiempo antes de que Alexa y sus asistentes virtuales se desarrollaran. En un comunicado en The Sun, hablan de que "Para ayudar a mejorar Alexa, revisamos y anotamos manualmente una pequeña fracción del uno por ciento de las solicitudes de Alexa. El acceso a las herramientas de anotación de datos solo se otorga a un número limitado de empleados que requieren que mejoren el servicio, y nuestro proceso de anotación no asocia las grabaciones de voz con ninguna información identificable del cliente. Los clientes pueden optar por no incluir sus grabaciones de voz en la fracción del uno por ciento de las grabaciones de voz que se revisan".
¿Qué debemos hacer nosotros?
Es evidente que un dispositivo como los Echo de Alexa solo pueden funcionar correctamente si están permanentemente escuchando, a la espera de la orden que active el proceso de respuesta. Lo que hagan las compañías con todo ese material de conversaciones, discusiones o reflexiones en familia solo podemos imaginarlo, salvo que mañana aparezcan evidencias de un mal uso. De todas formas, si no quieres correr ese riesgo lo mejor es un punto intermedio entre las dos opciones que os contamos al principio del artículo: no hay por qué desaprovechar las virtudes de estos dispositivos, pero conociendo sus zonas grises.
Una buena recomendación es cortar el grifo del micrófono. Como todos disponen de un botón muy bien colocado para encenderlo y apagarlo, lo más aconsejable es que nos acostumbremos a utilizarlo solo cuando sea necesario, silenciando cualquier otro momento en el que no necesitemos de sus servicios. Y por supuesto, no os olvidéis en la configuración del asistente de Amazon de especificar que no queréis ser parte de esos clientes que aportan el uno por cierto de las grabaciones que son revisadas por empleados de la compañía.
Publicidad