Existe un motivo por el cual caemos enfermos en verano con más frecuencia

Cada año, al llegar las vacaciones, muchas personas experimentan un curioso y desagradable fenómeno: en lugar de disfrutar de su merecido descanso, caen enfermas. Este malestar, que algunos expertos llaman síndrome de las vacaciones o depresión de la tumbona, se sabe a un cambio brusco entre el ritmo acelerado de la vida laboral y el repentino relax del periodo vacacional.

El fenómeno no es casualidad. Según los especialistas, el estrés prolongado y la constante sobreactividad a la que estamos sometidos durante el año elevan los niveles de adrenalina y cortisol, hormonas que, en exceso, pueden afectar nuestro sistema inmunológico. Cuando finalmente el cuerpo se relaja, el organismo se encuentra en un estado vulnerable, lo que facilita la aparición de enfermedades como resfriados, dolores de cabeza o incluso malestar estomacales.

Este síndrome no se limita solo a las vacaciones de verano. Puede manifestarse durante los fines de semana o tras periodos intensos de responsabilidad, como cuidar a un familiar enfermo. La clave para evitarlo, según los experto, es mantener un equilibrio entre el trabajo y el ocio durante todo el año. Desconectar regularmente, disfrutar de aficiones y no centrar nuestra vida exclusivamente en la productividad laboral son medidas recomendadas.

Además, para evitar caer en este malestar durante las vacaciones, es aconsejable planificar un inicio de descanso gradual. En lugar de pasar de la oficina a la playa en cuestión de horas, se sugiere dedicar los primeros días a actividades que permitan una adaptación suave. Combinar descanso con actividades culturales o deportivas, y evitar una inactividad total, también puede ayudar a que tanto el cuerpo como la mente se adapten mejor al cambio de ritmo, garantizando unas vacaciones realmente reparadoras.

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