REINO UNIDO DA LAS CLAVES DE LA OPERACIÓN
Los gobiernos pueden espiar tus conversaciones aunque estén cifradas: así pueden hacerlo
Si eres de los que piensa que su gobierno puede espiarle fácilmente... pues igual no te falta demasiada razón.
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Todos tenemos miedo de que nuestros gobiernos espíen nuestras comunicaciones. Es un temor que siempre se ha basado en un punto de vista pelín conspiranoico, seamos sinceros, pero lo cierto es que, a la vista de los hechos, estos escenarios cada vez se plantean más reales en la mayoría de países desarrollados.
Porque teniendo en cuenta casos como el de la NSA o el acceso del Gobierno de Estados Unidos a los datos de las grandes tecnológicas, ¿de quién nos podemos fiar? ¿Están nuestros datos verdaderamente a salvo de quienes quieren interceptarlos, por mucho que lo hagan esgrimiendo argumentos democráticos?
El doble cifrado, no tan seguro
Hay que reconocer que todos respiramos medianamente tranquilos cuando Whatsapp anunció un cifrado de extremo a extremo en las comunicaciones de sus chats. Estaba claro que la compañía, ahora propiedad de Facebook, lo hizo por pura imitación de Telegram, pero al menos sirvió para proteger algo más la seguridad de los datos.
Sin embargo, parece que este cifrado puede no ser tan seguro o, al menos, eso es lo que pretenden algunos gobiernos, que ya están planteando algunas medidas para que la protección de las comunicaciones afecte a los posibles ciberdelincuentes, pero no a las agencias de seguridad gubernamentales.
Reino Unido quiere leer tus chats
Eso es precisamente lo que ha pasado en Reino Unido. Según ha podido saber The Register, dos altos cargos de la agencia de espionaje británica han planteado la posibilidad de que el cifrado de extremo a extremo de ciertas comunicaciones sea también accesible a este tipo de agencias en todo momento.
¿Cómo se haría esto? Tal como detallan, se trataría de cambiar el cifrado de las comunicaciones. Si a día de hoy el cifrado se produce entre el emisor del mensaje y su receptor, estos dos directivos proponen añadir una tercera pata: ellos, que en momentos de gravedad justificada podrían acceder al contenido de dichos mensajes.
De este modo, aseguran, el cifrado de las comunicaciones no se rompería. El problema, evidentemente, está en que quizá no se rompería el cifrado, pero hay dudas más que razonables para defender que dicha comunicación tenga un tercer agente pasivo que pueda acceder a su contenido bajo argumentos que no gustarán a casi nadie.
Este debate se acaba de plantear en Reino Unido, pero no parece exclusivo de su gobierno. En los próximos años la pregunta seguirá estando sobre la mesa: ¿es lícito que un gobierno pretenda estar, de forma legal, interceptando las comunicaciones de sus ciudadanos?
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