Internet
Para Google el nuevo Edge no es seguro, ¿acaso teme que su lanzamiento afecte a Chrome?
El nuevo navegador de Microsoft se coloca ante la lupa de Google por utilizar su plataforma de código abierto Chromium.
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Desde que Microsoft perdió su hegemonía en el mundo de los navegadores, tras el éxito de Internet Explorer allá por los años 90 (los más veteranos recordarán su batalla contra Netscape), ha intentado recuperarlo de mil maneras ante el empuje de una prolífica competencia. Nombres como Firefox, Opera y más tarde Chrome dieron al traste con los planes de los de Redmond.
Así la cosas, el nuevo intento de Microsoft por recuperar ese terreno tiene un nombre: Edge, el browser que cuenta con versiones para Windows 7, 8 y 10 (y macOS) y que desde hace pocas semanas ha mudado por completo para abrazar la tecnología (de código abierto) de la competencia: Chromium, de Google.
Con este panorama en nuestros ordenadores y muchos usuarios probando las novedades de este navegador, Google ha aparecido para rebajar la euforia que pudiera haber entre los más fervientes seguidores del trabajo de Microsoft, afirmando que el nuevo Edge no es seguro. ¿Realmente no lo es?
No recomiendan instalar addons en la tienda de Chrome
Esta definición de que Edge no es un navegador seguro no nace de una nota de prensa o unas declaraciones por parte de algún responsable de Google, sino del propio navegador, donde los de Mountain View se han ido preocupando de dejar pequeñas migas de pan que van alertando a los usuarios. Una especie de mensajes nada subliminales que pueden ahuyentar a los internautas menos curtidos.
Así, cuando un usuario quiere acceder a la tienda de extensiones de Chrome, recibe de Edge dos mensajes contradictorios. Por un lado el que le ofrece Microsoft, afirmando que "ahora puedes agregar extensiones desde Chrome Web Store a Microsoft Edge: haz clic en 'Agregar a Chrome'", mientras que justo debajo (como podéis comprobar en la pantalla que tenéis justo encima), los de Mountain View avisan de que "Google recomienda cambiar a Chrome para usar las extensiones de forma segura", y ofrece un enlace de descarga directo a su navegador.
Resulta sorprendente, de todos modos, que Google sea tan explícita a la hora de hacer visible ese mensaje y luego, con otros navegadores también basados en Chromium, como Brave o Vivaldi, no pongan tantos problemas e incluso exista todo tipo de sinergias y colaboraciones. Pero es obvio que nada tienen que ver esas pequeñas empresas frente a Microsoft, que en los últimos años ha virado su política hacia la nube y los servicios creando soluciones realmente interesantes para los usuarios.
Hay que recordar que Chromium es una plataforma de código abierto desarrollada por Google y que corre su desarrollo paralelo al de Chrome, por lo que deberían tomarse como un triunfo que los de Redmond hayan dado su brazo a torcer para quedarse con una tecnología que no es la suya. Además, la esencia y filosofía misma de un código open source va contra este tipo de recelos que ponen en duda la seguridad de Edge. A falta de una explicación más convincente de Google, ¿acaso no estaría bien que nos dijeran en qué está fallando el navegador de Microsoft?
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