ANUARIO DE PIFIAS
Las mayores meteduras de pata de la tecnología en 2017
De las polémicas de Uber o los mayores desastres de ciberseguridad a las polémicas a cuenta de la discriminación que han brotado por todo Silicon Valley. Repasamos las noticias menos agradables del año que nos deja.
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Se acercan las campanadas que acompañarán el cambio de año y llega la hora de los repasos, de volver la vista atrás y comentar lo que ha dado de sí este 2017.
Lo habitual es centrarse en los hitos, en lo más destacado y favorecedor, pero lo cierto es que los seres humanos aprendemos de nuestros errores. Por eso, nosotros hemos decidido quedarnos con las pifias más calamitosas de los últimos doces meses, a ver si la tecnología, que tantas cosas buenas nos da, puede sacar algunas valiosas lecciones para dejar de darnos, también, tantas cosas malas.
El escándalo LexNet
“Es un sistema cerrado y seguro. Si se utiliza de forma legal y ética es imposible acceder a información ajena al usuario”, se defendía el ministro de Justicia, Rafael Catalá, tras conocerse que un grave agujero de seguridad estaba permitiendo a cualquier abogado consultar la documentación de los casos del resto de letrados sin su consentimiento.
Estas declaraciones, que prácticamente equivalían a decir que la defensa de la plataforma se basaba en la buena voluntad del potencial atacante, avivaron la llama de una polémica que tuvo al Ministerio contra las cuerdas en verano.
El 'malware' Ramón
Cuando salió a la luz la noticia de que un código malicioso capaz de secuestrar ordenadores y pedir un rescate en bitcoins estaba afectando a cientos de empresas y organismos de todo el mundo (desde Telefónica hasta decenas de hospitales de Reino Unido), a muchos les pilló con el pie cambiado.
La falta de nociones básicas sobre ciberseguridad hizo que algunos, como un presentador de la tele pública, confundieran el intimidante ‘ransomware’ con otras cosas -en su caso, con un castizo 'ramonware'. Como es lógico, enseguida se hizo viral.
El vídeo del fundador de Uber
El año 2017 no ha sido el mejor año para Uber. La riada de bajas en la cúpula de la compañía comenzó en febrero, tras las denuncias de acoso sexual y discriminación en el seno de la empresa.
Riñas con el gremio de taxistas aparte, los escándalos no se detuvieron ahí. El propio fundador de la firma de transporte colaborativo, Travis Kalanick, protagonizó uno muy sonado por esas mismas fechas cuando apareció en un vídeo gritando a uno de los conductores de Uber.
"Decir que me avergüenzo es una subestimación extrema”, admitió en una carta de disculpa. Pocos meses después se vio obligado a dimitir por la acumulación de escándalos.
La vista virtual de Zuckerberg a Puerto Rico
En octubre, el fundador de la red social por excelencia y uno de los miembros de su equipo de realidad virtual viajaron virtualmente a una devastada Puerto Rico para mostrar las virtudes de su nuevo proyecto, Facebook Spaces.
Entre alabanza y alabanza a la herramienta, unos avatares con aspecto de dibujos animados chocaron frente a una casa inundada por el huracán María. Nada de hablar de la tragedia que había acontecido allí, aunque precisamente, según explicó Zuckerberg después, era lo que pretendían.
“Mi objetivo era mostrar cómo la realidad virtual puede crear conciencia y ayudarnos a ver qué está pasando en diferentes partes del mundo”, aseguraba el CEO de Facebook. “Leyendo algunos de los comentarios, me doy cuenta de que no estaba claro, y lo siento si alguien se sintió ofendido”.
A Samsung se le olvida la igualdad
En el menú del asistente virtual de la compañía surcoreana, llamada Bixby, la voz femenina era descrita como “alegre” y “jovial” mientras la masculina se consideraba “confiada” y “asertiva”.
A muchos usuarios les desagradó esta diferenciación, que consideraban sexista, y Samsung tuvo que salir al paso eliminando las controvertidas descripciones.
Pifia por partida doble
También en Apple han tenido su dosis de polémica a cuenta de la discriminación, pero en su caso es aún más preocupante porque la persona que hizo el desafortunado comentario fue Denise Young Smith, la mismísima vicepresidenta de Inclusión y Diversidad de la compañía.
“Puede haber 12 hombres blancos, de ojos azules y rubios en una habitación y también van a ser diversos”, afirmó, “porque cada uno va a aportar una experiencia vital diferente y una forma distinta de ver la vida a la conversación”. Una pésima elección de palabras de la que ella misma dijo arrepentirse y que probablemente le ha costado el puesto.
El empleado díscolo de Google
En verano, la firma del todopoderoso buscador se vio obligada a despedir a un empleado que escribió un borrador donde afirmaba que las mujeres son biológicamente menos aptas para los empleos tecnológicos que los hombres, lo cual, a su juicio, explicaba la falta de diversidad en Silicon Valley, sobre todo en puestos de liderazgo.
La indignación provocada por sus palabras fue enorme, lo que puso a Google entre la espada y la pared, reavivándose el debate sobre la igualdad de género en las grandes tecnológicas.
'Lost in translation'
Cuando un empleado de la construcción palestino escribió “buenos días” en Facebook usando su lengua materna, el árabe, pocos hubieran podido imaginar lo que iba a suceder después. La policía israelí lo arrestó y lo interrogó durante varias horas porque el traductor automático de la red social había decidido interpretar su cordial saludo mañanero como un “atacadlos” (en hebreo) o “heridlos” (en inglés).
Un responsable de la compañía se disculpó por la "disrupción" que su “error” hubiera supuesto al individuo, algo que parece minusvalorar el daño que podría haber causado en un lugar donde se vive una constante situación de conflicto.
¿Cuánto por ocultar mis trapos sucios?
El colmo de la polémica en Uber, además de lo ya comentado, ha llegado recientemente. En este caso ha afectado al sucesor de Kalanick al frente de la compañía, que se ha visto obligado a reconocer que la firma trató de encubrir un masivo robo de información pagando a los ciberdelincuentes.
Así, los datos de acceso a la aplicación de 57 millones de personas fueron sustraídos con el fin de extorsionar a la empresa, que cometió el error de entregar a los atacantes 100.000 dólares (casi 85.000 euros) a cambio de borrarlos y mantener la filtración en secreto.
Filtros blanqueadores
Algoritmos como los de Snapchat o las cámaras de los móviles de última generación y sus filtros de belleza prometen mejorar nuestras fotos haciéndonos más agradables a la vista. Lo malo es que la inteligencia artificial, que aprende a base de analizar enormes bases de datos, también puede adquirir prejuicios y, en ocasiones, volverse discriminatoria.
Así ha sucedido en varias ocasiones a lo largo de este año y con diversas 'apps', siendo el denominador común que, para supuestamente embellecer a sus usuarios, terminaban blanqueando los rostros de las personas negras.
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