ALTERNATIVAS
Los usos del café más allá de su consumo: cómo se crea hormigón con los posos
Investigadores australianos proponen aprovechar los beneficios del café para la construcción de un tipo de material 30 % más resistente en comparación con aquel que solo emplea arena.
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Para mucha gente, el café es lo que hace que su día se mantenga unido. Sin ese café matutino y el de después de comer, no rendimos con la misma eficacia. Lo que no habíamos pensado es que el café cumpliría esa misma función para otra cosa muy distinta.
Cada año se producen cerca de 4.400 millones de toneladas de hormigón, ese proceso requiere alrededor de 8.000 millones de toneladas de arena, de los aproximadamente 50.000 millones que se usan anualmente. Esa actividad, en parte, ha provocado una grave escasez de este producto que es esencial en la industria de la construcción.
Un estudio publicado por investigadores australianos muestra una utilización distinta e inesperada de los granos utilizados para su elaboración. Cuando se mezcla café con hormigón, el resultado es una variante que es hasta un 30% más resistente que el convencional. Este nuevo material se elabora a partir de los posos del café, que normalmente tiramos. Así, les estaríamos dando una segunda vida y reduciendo las toneladas de residuos orgánicos que genera el café.
Los posos de café sustituyen a la arena que suele incluirse en el hormigón, y en las proporciones adecuadas genera un pegamento químico muy potente. Además, es una forma de gestionar estos residuos sin generar dióxido de carbono.
Las propiedades del café van mucho más allá de las que nos beneficiamos nosotros. Cada vez se integra en más sectores. Se puede usar como fertilizante, y se está desarrollando un biodiesel con base de café. Cada año se generan 10.000 millones de kilos de posos de café, y con todas estas funciones estaremos evitando que acaben en vertederos.
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