MÁS DE 7.000 POLÍTICAS RESUMIDAS
De Whatsapp a Instagram: este robot se ha leído por ti esos contratos de las tecnológicas que firmas sin leer
Una herramienta de inteligencia artificial ha analizado las políticas de privacidad de Google, Facebook, Amazon y miles de las webs más populares del mundo para extraer las respuestas a las preguntas que más suelen preocuparnos.
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Cuando buscas en Google esa receta de risotto que tantas ganas tienes de probar, cuando la ves en YouTube para tratar de replicarla, cuando publicas en Instagram y Facebook el proceso (y si ha salido bien, los resultados), cuando entras en LinkedIn para actualizar tu currículum con las aptitudes culinarias recién adquiridas…
Bueno, esto último probablemente no, pero lo cierto es que casi todo lo que haces en la Red pasa por los dominios de alguna tecnológica que, antes de prestarte el servicio, te planta un contrato ante los ojos y te hace firmarlo. La mayoría de las veces, por su extensión y complejidad, sin haberlo leído previamente.
Si tuvieras que leer todos los documentos legales que aceptaste el año pasado (términos y condiciones, políticas de privacidad…), se estima que te llevaría unas 244 horas. Obviamente, depende de lo asiduo que seas a las redes sociales, por ejemplo, pero esa vendría a ser la media, que prácticamente equivale a una temporada entera de ‘Amar es para siempre’, con sus más de 250 episodios, o a verte cuatro veces y media las tres temporadas de ‘Allí abajo’. No te culpamos si prefieres dedicar el tiempo a disfrutar de tus series favoritas que a leerte tochos infumables.
Sin embargo, en esos mamotretos se oculta una barbaridad de información relevante sobre tu privacidad, con qué nivel de detalle van a poder conocerte, lo que podrán hacer con tu información o a quién podrán venderla, entre otras muchas cosas. Y está demostrado que no somos conscientes de lo mucho que llegan a fisgar en nuestras vidas. Según un estudio, la mayoría de nosotros creemos haber dado permiso para mucho menos de lo que en realidad hemos consentido hacer con nuestros datos.
Conscientes de ello, un grupo de investigadores liderado por la Universidad Carnegie Mellon ha desarrollado una herramienta de inteligencia artificial capaz de leer miles de inabarcables documentos legales para que nosotros no tengamos que hacerlo. Básicamente, un robot que se ha estudiado 7.000 políticas de privacidad de las webs más visitadas del mundo para separar el grano de la paja y extraer los puntos relevantes.
Primero, eso sí, tuvieron que entrenarlo. Un equipo de estudiantes de Derecho analizó 115 documentos para que la máquina aprendiera a hacer lo propio. Viendo los párrafos que los humanos iban escogiendo como respuesta para cada pregunta (qué datos recoge la página, con quién puede compartirlos, durante cuánto tiempo los almacena, qué hay que hacer para darse de baja…), el algoritmo fue capaz de comprender el proceso y de llevarlo a cabo por sí mismo.
Todas sus conclusiones se han recopilado en un buscador que ahora nos permite localizar, de forma muy sencilla, la web en la que estamos interesados para comprobar, de un solo vistazo, lo que decía en esa política de privacidad que nos apresuramos a aceptar sin leer. Una vez en su ficha, podremos utilizar un menú organizado por aspectos clave para saltar directamente a aquellos que más nos preocupan.
“Aunque no son perfectas, nuestras técnicas son capaces de extraer de forma automática un gran número de afirmaciones sobre privacidad”, explica uno de los autores del estudio. “El objetivo final es poner esa información a disposición de los usuarios a través de una extensión para el navegador simple e intuitiva, que les proporcione resúmenes personalizados destacando aquellas cuestiones que más probablemente les preocupan”.
Además, la propia herramienta ha evaluado la dificultad de cada documento para comprobar si aquello de que resultaban ilegibles era cierto. Y así es. Para entender la política de privacidad de Google, Facebook o IMDb hay que tener unos estudios equivalentes a 2º de Bachillerato; para enterarse de lo que dicen las de Amazon, Instagram o Microsoft hay que haber llegado al primer año de carrera; para comprender a Wikipedia o Twitter, al segundo; y, aún peor, para pillar lo que los abogados de Netflix nos intentan decir, tenemos que haber llegado al cuarto y último curso en la universidad. Ni siquiera LinkedIn, que ha resultado ser la más asequible, está al alcance de aquellos que no hayan llegado hasta Bachillerato.
“Nos hemos encontrado con que el texto de las políticas es a menudo vago y ambiguo, y la gente suele tener dificultades para interpretarlo y determinar qué información personal se está recopilando, cómo se utiliza y con qué otras entidades se comparte”, afirma el investigador. “Desde un punto de vista legal, es problemático”.
Son varios los proyectos que intentan traducir el contenido de estos tochos infumables, pero ninguno hasta la fecha había conseguido que una máquina lo hiciera de manera automática, con el alcance potencial que eso supone.
Aun así, todavía depende de nosotros atender a los consejos de la herramienta. Si no nos preocupamos por nuestra propia privacidad, ¿quién va hacerlo? Ahora no son horas, son minutos: ya no tienes excusa para no leer los resúmenes de los términos y condiciones entre episodio y episodio de una serie.
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