Piden a Apple que habilite una puerta trasera para padres en su software

Dos fondos de inversión que controlan 2.000 millones de dólares en acciones de Apple, un bocado importante aunque ni mucho menos decisivo en el fragmentado accionariado de la compañía, han remitido una carta abierta para pedir que se luche contra el excesivo uso del móvil por parte de niños.

La inquietud de uno de ellos es natural, ya que se trata de CalSTRS (o 'California State Teacher’s Retirement System'), que cuenta entre sus intereses la educación de las generaciones futuras. El otro firmante de la carta es Jana Partners, un fondo con sede en Nueva York, que se ha unido a la petición del primero: que Apple se sensibilice con el excesivo consumo de tecnología por parte de los niños.

Ni que decir tiene los inversores no piden únicamente un esfuerzo de admonición. En la misiva invitan a Apple a tomar medidas funcionales para evitar que los niños se sobreexpongan al uso de los dispositivos móviles y que terminen por desarrollar una adicción. Para justificar su preocupación, los autores de la carta citan estudios sobre los efectos que estos dispositivos pueden causar en los usuarios más jóvenes, así como declaraciones de personalidades influyentes de la industria móvil (entre los que se encuentra gente ligada a la marca de la manzana).

Los inversores exponen incluso una serie de medidas que Apple podría tomar para adaptarse a sus peticiones. Proponen la creación de un comité de expertos en desarrollo infantil, que monitoricen la evolución de la tecnología, profundizar en los efectos que los dispositivos móviles pueden tener en los niños y, especialmente, la creación de herramientas en el software de Apple para que los padres ejerzan un mayor control sobre el uso que sus hijos hacen de los terminales.

Es cierto que ya existe el control parental en los dispositivos de Apple, que ofrece la opción de limitar el contenido al que los menores hijos tienen acceso en un dispositivo, pero en la carta se exponen medidas más estrictas. Los inversores proponen que al igual que se escoge el idioma o el uso horario en la configuración de un iPhone, también se seleccione la edad, de forma que el software se podría adaptar automáticamente a la etapa en la que se encuentra el niño. Esto incluiría restricciones de cierto tiempo diario de uso, reducción del número de redes sociales a las que se puede acceder o el establecimiento de una monitorización parental.

Los firmantes de la carta señalan que Apple tiene la suficiente influencia en la industria móvil como para abanderar un cambio global en este sentido. Si la marca de la manzana da un paso, otros muchos también lo darán, razonan los inversores.