NUEVO TERMINAL DE APPLE
Probamos el iPhone 8 Plus, el último smartphone de los mortales
El iPhone 8 deja muy buenas sensaciones con sus novedades, aunque es pronto para saber sobre su futuro: el iPhone X asoma por la esquina y el iPhone 7 aún parece vigente... a no ser que quieras disfrutar de algunas novedades, como la espectacular velocidad de rendimiento de este nuevo terminal.
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El periodismo futbolísitico a menudo se refiere a Cristiano Ronaldo y a Messi como “dos extraterrestres”, u otras metáforas que simbolizan el talento descomunal de ambos. Por tanto, muchas veces al futbolista del resto del mundo que esté en mejor estado de forma se le suele llamar “el mejor de los mortales”. Nada compite contra ellos dos.
Estemos o no de acuerdo con este patrón, algo similar ocurre ya con los smartphones: desde que el iPhone X ha roto ciertas barreras que conocíamos, el iPhone 8 Plus es el último smartphone de los mortales. Luego llega lo demás.
Hemos probado el iPhone 8 Plus durante las últimas 72 horas. En este tiempo hemos podido hacernos una idea de su rendimiento general y de cómo se sitúa en un mercado cada vez más maduro, que ha ido dejando víctimas por el camino (Nokia, Microsoft, BlackBerry, posiblemente HTC en breve) y ya no está en 2012. Los consumidores cada vez alargan más los ciclos de renovación y encuentran opciones más completas a precios ajustados.
Un diseño más que familiar
Lo primero que llama la atención en el iPhone 8 Plus es el diseño, casi idéntico desde 2014, algo que para bien o para mal sólo Apple se puede permitir. En pleno 2017 peca de lo que más presume su hermano mayor: los marcos de la pantalla. Por muy buena que sea la sensación por dentro, incluso por bueno que sea el diseño -si no fuera bueno, no habría durado tantos años en lo alto de los podios de ventas-, no podemos evitar tener la sensación de que a este móvil ya se le ve el cartón.
Cada vez vemos más smartphones donde los marcos son más y más pequeños. En este son enormes, su anchura es considerable -algo que dificulta el manejo a una mano- y además pesa bastante, veinte gramos más que el modelo anterior que se notan mucho. Un incremento con origen en la carga inalámbrica y el cambio necesario de materiales.
Sobre la carga inalámbrica, solo cabe decir “al fin”. Hace cinco años ya había varios smartphones de renombre, nada exóticos, que la tenían -Samsung la fue haciendo un estándar en su catálogo-. Y finalmente, Apple la ha hecho propia. Y bajo el estándar Qi, algo que no solo nos permitirá usar cargadores mucho más baratos que los que comercialice Apple, sino también usarlo en cafeterías, muebles como los que vende Ikea o coches, un mercado que cada vez tiene más en común con el de los gadgets.
¿Un pero? Que hablamos de carga, pero no rápida. Aunque Apple la activará en una futura actualización de software, tenemos que pasar por caja con un enchufe de 29 W y un cable USB-C, algo que suma 88 euros. Los iPhone son costosos, pero no caros. Lo que sí es caro son detalles como estos. La caja sigue incluyendo el lentísimo cargador de 5 W, algo que en el modelo Plus, cuya batería tiene más capacidad, deja cargas de casi tres horas de duración. Un atraso que no puede aguantar así otra generación.
Una bestia por dentro
Vamos hacia dentro del iPhone: el rendimiento es simplemente espectacular. Navegar por webs, manejar decenas de pestañas y pasar de una a otra, ejecutar juegos de alta exigencia gráfica, mover archivos… Da la sensación de que todo se ejecuta de inmediato, en tiempo real, sin demoras ni nada que procesar. Ocurre gracias al Bionic A11, el nuevo procesador que pulveriza récords en todas las mediciones y llega a los niveles de los MacBook Pro más recientes. De locos.
La cámara es más de lo mismo… de momento. Incluye mejoras que sólo se harán notar en situaciones concretas y afinando la vista, como en las fotografías nocturnas, algo más nítidas y enfocadas.
La novedad principal es que el modo Retrato, estrenado hace un año, ahora es más completo: incluye diferentes efectos de luz para estas fotos. No son filtros que se aplican sobre toda la imagen, sino juegos luminosos que permiten emular los resultados que hubiésemos tenido si estuviésemos fotografiando en un estudio fotográfico con diferentes focos e iluminaciones.
De todas formas, aunque este efecto está aún por pulir en alguna futura actualización, de momento funciona bien en situaciones concretas (fondos homogéneos, gran iluminación natural). En muchas otras, se aprecian bordes irregulares con cortes abruptos y directamente es mejor no jugar con esta función.
Más detalles: el sonido es algo más alto que hasta ahora, los colores han cambiado -gracias sobre todo al uso de cristal en la parte trasera en lugar del aluminio de los últimos cinco años- y los iPhone son mucho más bonitos y llamativos que antes al verlos por detrás.
Si antes decíamos que el cargador que viene en la caja no puede seguir siendo tan lento, al menos en cuanto al almacenamiento sí se ha acelerado: la base es ahora de 64 GB, lo que supone que en dos años se ha multiplicado por cuatro, algo muy de agradecer.
Por último, la pantalla incluye True Tone, función heredada del iPad que regula la temperatura de color y el balance de blancos en base al entorno lumínico que detecte. Una de esas funciones que no tiene vuelta atrás: en cuanto retomamos un iPhone sin ella, la extrañamos.
La pinza del iPhone 8 Plus
El resto, más de lo mismo, lo cual es algo bueno. Resistencia al agua, las bondades de iOS y la App Store, una gran cámara frontal con software que palía algunas de sus carencias -como el flash frontal-, un muy buen sonido a través de los altavoces, y Touch ID, el sistema de reconocimiento dactilar que quizás esté ante su última convocatoria.
Es muy fácil recomendar el iPhone 8 Plus, pero también es fácil sacar algunos peros y asteriscos. Si la carga inalámbrica no te convence y no necesitas lo último en fotografía, el iPhone 7 Plus es una gran opción. Si en cambio quieres lo último y el dinero no es un problema, espera un mes para, como mínimo, ver al iPhone X en acción. Y luego, decidir. El iPhone 8 vive en una difícil pinza entre dos posibles alternativas.
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