DIEZ PUNTOS SOBRE LA TABLET
Ten-go Induce 101: una tablet muy española (maja, pero llega tarde)
Correcta en diseño y en hardware, con un Android 4.4 y buena conectividad mediante sus clavijas, pero con algunos fallos graves incluso para una gama media-baja. Así es la más reciente tablet española.
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Vamos a tirar de estereotipos, pero una de las muchas formas de definir a un españoles que somos gente maja, con nuestras cosas, pero que por lo general llegamos tarde (incluso muy tarde). Y, a la hora de hacer tecnología, somos un poco así. Le pasa a los dispositivos de BQ y sus dispositivos fabricados en China y a Ten-Go, que se lanza ahora al ruedo (por seguir con los tópicos): la pinta no está mal, pero la tecnología que ofrecen llega con años de retraso. Eso sí, y este es su valor fuerza, cuesta sólo 139,95 euros, muchas veces menos que algún tablet de gama alta.
Claro está que en un mundo tecnológico en el que los focos siempre se centran en lo más moderno, ofrecido por los gigantes a precios gigantes, resulta ingrato hablar de productos más humildes. Y no, no todos quieren o pueden comprarse un dispositivo de gama alta ¿Qué ofrece entonces la Ten-go Induce 101 DC?
Potente interior y diseño agradable
Ofrece un interior atractivo: un procesador Quad core 1.5 GHZ con chip Cortex-A7, con 1 giga de RAM (como el iPad 4 y el doble que un iPad Mini) con una batería de litio de 6.000 MAh, todo ello en un peso de 620 gramos (por comparar, más o menos como un iPad 4). El envoltorio no está nada mal: un Android 4.4 más que aceptable -otra cosa es ver si llegarán actualizaciones OTA, aunque la personalización del fabricante es bastante ligera-.
El interior es importante, sí, o eso decimos. Pero, ¿qué hay del exterior? En este caso, lo que otros suelen descuidar, Ten-Go lo ha cuidado. El aspecto, en un azul oscuro con letras blancas, es muy agradable: metalizado, robusto, de bordes y esquinas redondeadas, no resulta ligero pero tampoco demasiado pesado. Quizá demasiado 'marco' negro para una pantalla panorámica, aunque no grande, pero tampoco es demasiado grave.
Pantalla y cámaras muy decepcionantes
Hasta aquí lo bueno, porque también tiene sus lados malos, y algunos son bastante decepcionantes. La pantalla es, con diferencia, lo peor del dispositivo, llegándose a ver incluso el grano de la imagen y ofreciendo un escaso ángulo de visión, ya que sólo si se ve frontalmente se apreciará la imagen tal y como es, y a partir de un poco de inclinación los colores comenzarán a positivarse.
Es un poco como esas personas que te sorprenden para bien con algunas cosas pero que, al conocerlas, te fallan en algo esencial. Al final siempre suena eso de "si yo te quiero mucho, pero te prefiero como amigo".
A no ser, claro, que seas un hipster, que está de moda, y te guste lo viejuno. Porque a estas alturas de milenio tener como cámara buena de tu dispositivo una de dos megapíxeles es tener ganas de dejar a alguien a medias. Porque se trata de eso: imagina que al final, a pesar de los peros, decides dar un paso adelante y lanzarte a una noche loca de amor con esa persona de la discoteca... y le ves la cámara. Esa cámara. Eso sí que es un gatillazo, amigos.
Aunque, y esto ya es opinión personal, ¿realmente necesita una tablet dos cámaras? Una sí, la frontal, para videoconferencias... pero ¿una trasera? De verdad, ¿hay algo más incómodo que hacer fotos con un tablet? Vale, estoy siendo un poco condescendiente, porque si la cámara buena (la trasera) es de dos megapíxeles, imagínate la frontal: 0,3 megapíxeles. Lo bueno es que si la usas para una videoconferencia y eres poco agraciado igual tu interlocutor no se da cuenta.
Conectividad: grandes virtudes y grandes fallos
Otro fallo importante es, por ejemplo, el espacio de almacenamiento, unos muy escasos 8 gigas. Sin embargo, por seguir con el símil de las parejas, una cosa lleva a la otra y de una cosa mala sale otra muy buena. Como buena tablet Android tiene un enorme abanico de conectividad, mucho mejor que el de los iPad, así que hay, por ejemplo, una ranura de Micro SD para ampliar el espacio de almacenamiento.
Y eso no es todo, también hay una ranura de MicroUSB OTG tanto de entrada como de salida, para introducir y sacar archivos y documentos con facilidad y sin tener que pasar por software de sobremesa o darse de bruces con limitaciones del dispositivo. Y, junto a ella, una ranura HDMI para dar salida a las imágenes y vídeos en alta calidad digital (que, sin embargo, la pantalla del dispositivo no permite apreciar bien dentro).
Pero tras varias cosas buenas, hay que volver a las malas: lo lógico para ahorrar espacio y reducir conexiones raras para facilitar la vida al usuario, ¿no? Pues no: el cargador, en lugar de usar el puerto MicroUSB como hacen otros, es uno de esos de pincho, con un cable que sólo sirve para eso, un grave problema cuando al final cuando sales de viaje intentas ahorrar en cables y cargadores.
Además de las ranuras y clavijas, en ese mismo lado de una tablet diseñada para verse en horizontal aparecen tres botones físicos (encendido y volumen). Son pequeños, negros, de plástico pero que no desentonan... hasta que los tocas. Hay detalles que pueden echar abajo la atracción (qué se yo, mal aliento en esa persona tan maja que intentas conquistar), y esos botones son uno de esos detalles.
En lo inalámbrico la conectividad es menos brillante que en lo referente a sus ranuras. Sí, se conecta vía WiFi, pero no hay ranura para tarjeta SIM como tienen muchas competidoras, ni tampoco tiene Bluetooth, así que olvídate de periféricos o sincronizaciones con otros dispositivos sin tener que ir a morir al cable.
Conclusión
Obviamente, comparada con cualquier tablet 'grande', de las que nos entran por los ojos, la Induce 101 se queda a años luz. La pantalla es posiblemente el mayor handicap, quizá junto a la cámara, pero sobre todo lo primero. El diseño está bien, las prestaciones están bien, la conectividad está bien, el software está bien... pero en un dispositivo donde todo es pantalla resulta un terreno demasiado peligroso en el que fallar.
Parece, por tanto, un buen dispositivo para trabajar (tiendas, vendedores, comerciales, trabajos...), o para iniciarse, o para público que necesita una solución portátil sin grandes florituras. Pero ver vídeos, jugar a juegos o tomar fotografías no parece que vayan a ser experiencias muy satisfactorias. Si compensa o no dependerá, como siempre, del uso que se vaya a hacer del cacharro en sí. Y ahora hablamos de la tablet, no del supuesto ligue nocturno, ¿eh?
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