CURIOSIDAD
La trampa en la que cae tu cerebro una y otra vez cuando estás frente al móvil: el doomscrolling
Conocer los efectos del doomcrolling y aprender a gestionar el tiempo en redes sociales es clave para proteger nuestro bienestar emocional y nuestra salud mental
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¿Cuánto tiempo pasas en redes sociales? ¿Se te van los minutos haciendo scroll en TikTok? ¿No ves el final de la página de Twitter? Todo ese tiempo que pasas deslizando el dedo por la pantalla y sólo hace que acumular minutos, a veces horas, tiene un nombre: doomscrolling. Una trampa a la que tu cerebro le cuesta mucho librarse.
Este término, que combina doom (condena)y scrolling (desplazarse), define el hábito de pasar largos periodos de tiempo navegando por internet, especialmente en redes sociales.
Es obvio que todas esas apps están diseñadas para ser adictivas, pero ¿por qué nos cuesta tanto evitar el scroll? Diversos estudios han demostrado que efectivamente hay una relación entre el móvil y los estímulos que se generan. Un estudio realizado a 6000 participantes mostró cómo la forma en la que se presentan los vídeos o su tipo incitaba a continuar de manera ininterrumpida seguir viendo más contenido, y por ende, haciendo scroll.
Para comprender cómo el doomscrolling afecta a nuestro cerebro, es esencial examinar el sistema de recompensas cerebrales y cómo las redes sociales lo manipulan. En scrolling continuo y la exposición a información impactante liberan dopamina, lo que tal vez muchos no sepan es que tal vez los niveles de dopamina sean tan altos que ni siquiera el cerebro puede absorberla. Dicho de otro modo, nuestro órgano alcanza un punto en el que no es capaz de distinguir cuándo se trata de información útil y cuándo no.
A pesar de ello, el cerebro sigue queriendo más y más, mostrando en todo su esplendor al doomscrolling. Para evitar este tipo de situaciones el primer paso es identificar el problema. A partir de aquí sólo nos quedará actuar, ya sea limitando el uso del móvil o las aplicaciones especialmente por la noche, ya que puede interferir con los patrones de sueño, dificultando el descanso adecuado. Ser conscientes de este hábito y tomar medidas para controlarlo puede mejorar significativamente nuestro bienestar emocional y físico.
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