Cae el número de horas que los jóvenes consultan su móvil

Decir a un joven que deje de mirar el móvil en la mesa o en algún lugar público se ha convertido es una batalla perdida en la mayoría de los casos. Las imágenes de grupos de chavales reunidos mirando cada uno sus móviles en plan zombi son bastante habituales, aunque los 'millenials' y algunos más mayores tampoco se quedan atrás en estos comportamientos.

Sin embargo, una investigación de la empresa de estudios de mercado Kantar TNS recoge que el uso de teléfonos y tabletas en el segmento de edad comprendido entre los 16 y 24 años ha caído por primera vez.

En total pasamos 2,4 horas al día mirando dispositivos móviles y los más jóvenes abren una app cada quince minutos, aunque el uso total de estos últimos ha comenzado a caer desde que se tienen registros.

Además, es curioso que el tiempo dedicado a usar el teléfono por parte de los más mayores tiene una trayectoria ascendente (pasaron de 36 a 54 minutos al día con sólo un año de diferencia).

Durante 2016, según la encuesta, las personas entre 16 y 24 años pasaron unas 3,8 horas por día en su dispositivo, frente a las 3,9 del año anterior. Al ser preguntados sobre sus hábitos, más de un tercio de los jóvenes a nivel global (un 39% en España) asumieron que utilizan demasiado sus teléfonos y tabletas y que tenían pensado reducir su uso.

La falta de tiempo de relax por las notificaciones, la pérdida de concentración y, por extensión de estas últimas, la pérdida de productividad y rendimiento.

Según cuenta un portavoz de la compañía a The Times “es probable que al convertirse en un aparato que forma parte indiscutible de nuestra vida cotidiana los jóvenes dejen de prestarle tanta atención o disminuya ligeramente su uso”.

Hay que tener en cuenta que la media de visionado de pantallas en todos los rangos de edad, contando los ordenadores, es de 5 horas al día, sin contar el horario laboral. Este dato sube hasta las 6,7 horas en los más pequeños.

En España reina la desconfianza

A nivel español, el estudio Connected Life, recoge un par de conclusiones sobre la juventud española y su relación con estos dispositivos. En primer lugar, el 41% no quiere pagar con el móvil a estas alturas, con la barrera de la desconfianza ante el sistema como principal hándicap.

Por otra parte, el 61% está preocupado por el poder que tienen las redes sociales con respecto a los contenidos que aparecen en sus muros, mientras que el 53% no da credibilidad en lo que se publica en sus medios.