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INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Estados Unidos se opone a la IA regulada y abierta que quiere impulsar Europa

La cumbre sobre inteligencia artificial celebrada en París ha mostrado la brecha entre Europa y Estados Unidos en la regulación de esta tecnología. Mientras la UE aboga por un desarrollo controlado y equitativo, la administración de Trump se negó a sumarse al acuerdo final. El evento estuvo marcado por el rechazo de OpenAI a una oferta de compra de Elon Musk y por el anuncio de inversiones millonarias en el sector.

El CEO de OpenAI, Sam Altman. inteligencia artificial

El CEO de OpenAI, Sam Altman. inteligencia artificialSinc

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París acogió los días 10 y 11 de febrero la Cumbre de Acción sobre inteligencia artificial (IA) en la que Europa, con el impulso de Francia, defendió un modelo basado en la regulación y el acceso abierto a esta tecnología. Sin embargo, Estados Unidos, con la nueva administración de Donald Trump, rechazó sumarse a la declaración final del encuentro, alineándose con el Reino Unido en su oposición a un enfoque regulador. La cita también estuvo marcada por el intento fallido de Elon Musk de comprar OpenAI, lo que suscitó un intenso debate sobre el control de esta tecnología.

El presidente francés, Emmanuel Macron, principal impulsor de la cumbre, abogó por un "multilateralismo plural de la IA" que establezca reglas claras y refuerce la confianza en su desarrollo. La declaración final del evento, respaldada por 60 países y organizaciones como la Unión Europea y la Comisión de la Unión Africana, establece que la IA debe ser ética, segura, digna de confianza y basada en los derechos humanos. Además, subraya la necesidad de reducir desigualdades y apoyar a los países en desarrollo en el refuerzo de sus capacidades tecnológicas.

Estados Unidos se desmarcó claramente de este consenso. Su vicepresidente, JD Vance, argumentó que una regulación excesiva podría frenar un sector en plena expansión y criticó abiertamente el Reglamento de Servicios Digitales de la Unión Europea, al que se refirió como un potencial mecanismo de censura. "Estados Unidos es el líder en inteligencia artificial y queremos que siga siendo así", recalcó Vance.

El Reino Unido, por su parte, tuvo una participación discreta en la cumbre. Su primer ministro, Keir Starmer, no asistió y el Gobierno británico evitó suscribir el documento final, alineándose así con la postura de Washington.

La próxima cumbre, en India

Frente a esta visión, Macron insistió en que el desarrollo de la IA debe garantizar un acceso equitativo a la tecnología para todos los continentes y sectores de la población. En esta línea, contó con el apoyo del primer ministro de la India, Narendra Modi, con quien copresidió el evento. Modi defendió que la IA puede ser clave para alcanzar los objetivos de desarrollo global, pero advirtió que esto requerirá recursos y talento. La próxima edición de la cumbre se celebrará en India.

China, a pesar de ser uno de los grandes competidores de Estados Unidos en IA, firmó la declaración aunque con un perfil bajo en la cumbre. Otros países como Canadá, Japón, Brasil y Australia también se sumaron al acuerdo.

Inversiones en Europa

En el marco de la cumbre, Macron anunció inversiones privadas en IA por 109.000 millones de euros en Francia, centradas en centros de datos y supercomputadores. La Comisión Europea, por su parte, se comprometió a destinar 50.000 millones de euros a esta tecnología, que se sumarán a los 150.000 millones movilizados por la Iniciativa Europea de Campeones de la IA, respaldada por más de 60 empresas europeas.

El ministro español de Transformación Digital, Óscar López, destacó que España es "uno de los principales motores" de la IA en Europa, con inversiones de "decenas de miles de millones de euros" en toda la cadena de valor. López subrayó que el país está en la vanguardia tanto en inversión como en regulación e investigación, y resaltó el papel del centro de supercomputación de Barcelona, uno de los siete apoyados por la Unión Europea.

El terremoto de la oferta de Musk por OpenAI

La cumbre también estuvo marcada por la oferta de Elon Musk para adquirir OpenAI (dueña de ChatGPT) por 97.000 millones de dólares. El director ejecutivo de la compañía, Sam Altman, descartó la propuesta con un tajante "No, gracias" y la interpretó como un intento de Musk de "ralentizar a un competidor". Altman aseguró que no le preocupa la proximidad de Musk a Trump y que su prioridad es seguir desarrollando la tecnología.

El debate sobre la IA sigue abierto, con una división clara entre el modelo regulado y abierto defendido por Europa y la apuesta estadounidense por un enfoque menos restrictivo. La próxima cumbre en India será clave para ver cómo evoluciona esta pugna global por el control de la inteligencia artificial.

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