A LAS 2 SERÁN LAS 3
Un estudio internacional advierte que el cambio de hora podría ser perjudicial para la salud
El cambio horario del domingo 30 de marzo podría tener efectos nocivos, asegura un trabajo. Según los autores, altera el reloj biológico y aumenta el riesgo de patologías cognitivas, cardiovasculares e inmunológicas.

Publicidad
Un estudio mundial sugiere que los cambios de hora —como el que tendrá lugar en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo— tienen impactos negativos en la salud, y apuesta por mantener el de invierno, para que sea más equilibrado.
El proyecto argumenta que, de forma natural, las variaciones de la luz a lo largo de las estaciones son progresivas, lo que permite la adaptación humana. Por eso, los cambios de hora alteran el ritmo biológico de las personas y afectar a la atención, la memoria e incluso aumentar el riesgo cardiovascular.
"El ser humano lleva unos cuantos años en este planeta, y nos hemos adaptado perfectamente a esos ciclos a través de un mecanismo de relojería constituido por 20.000 neuronas localizadas en el hipotálamo", explica Darío Acuña, investigador del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y uno de los autores del estudio.
Genes y proteínas "reloj"
El reloj biológico está compuesto por una serie de genes y proteínas llamadas "genes y proteínas reloj" que se sincronizan cada 24 horas a través de unas neuronas de la retina, las células ganglionares intrínsecamente fotosensibles.
Estas se excitan por la luz y envían información por el nervio óptico a esas neuronas del reloj biológico, a las que informan del espectro electromagnético que las alcanza en cada momento a lo largo de las 24 horas. Esto le sirve al reloj biológico humano para calcular la hora del día en el que se encuentra y el paso de las estaciones.
Variaciones en los niveles de melatonina
¿Cómo informa el reloj al resto del organismo? A través de la melatonina pineal o la hormona del sueño. Por el día, la luz del sol blanca contiene un rango espectral 460-480 nanómetros que corresponde a luz azul, que frena la producción de melatonina. Al atardecer, la luz solar pasa a un tono cálido e inicia la producción de melatonina que, unas horas más tarde, alcanza suficiente concentración para iniciar el período de sueño.
Una vez asimilada por el organismo, la melatonina llega a todas las células y alcanza su máximo entre las dos y las cuatro de la mañana.
De esta manera, "cada célula del organismo posee su propio reloj biológico", afirma Acuña, y por tanto, "somos 30 billones de relojes biológicos perfectamente sincronizados cada 24 horas, precisamente, por esa señal de la melatonina", una hormona capaz de relacionar la hora periférica con la del reloj central.
Desregulación con el cambio de hora
Cuando se adelantan las horas, los relojes digitales y mecánicos se pueden ajustar, pero no los 30 billones de relojes biológicos. De hecho, esto produce una desregulación interna y la modificación consiguiente del sistema cronobiótico, según detalla el estudio.
Entre los efectos adversos se encuentran los conocidos como "cronoriesgo", es decir alteraciones cognitivas de la atención y la memoria los días siguientes al cambio de horario, el aumento de riesgo cardiovascular como alteraciones en la presión arterial; o afecciones en la inmunoprotección como las alergias, los ataques de artritis reumatoide y patologías relacionadas con el envejecimiento.
Publicidad