PROSPERÓ PESE A LA ADVERSIDAD
El 'Homo erectus' se adaptó a condiciones climáticas extremas hace un millón de años
Un nuevo estudio desvela que esta especie humana logró prosperar en entornos áridos y hostiles del África oriental mucho antes de lo que se creía, lo cual replantea el papel del Homo erectus en la evolución de la adaptabilidad humana.
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Cuándo y cómo los primeros homininos desarrollaron la capacidad de adaptarse a ecosistemas extremos es uno de los grandes enigmas de la evolución humana. Un nuevo estudio revela que el Homo erectus fue capaz de prosperar en entornos áridos hace más de un millón de años, reescribiendo así la historia de la adaptabilidad humana.
El descubrimiento aporta datos clave sobre cómo esta especie fue pionera al establecerse en regiones con condiciones climáticas extremas, mucho antes de lo que se creía hasta ahora.
El trabajo ha estado liderado por Julio Mercader, de la Universidad de Calgary e investigador asociado del Instituto de Paleontología de Cataluña (IPHES-CERCA). También ha contado con la participación del Centro Nacional de Evolución Humana (CENIEH), de Burgos. Sus resultados se han publicado en la revistaCommunications Earth and Environment.
Evidencia que redefine el paradigma
Tradicionalmente, se pensaba que solo el Homo sapiens era capaz de habitar con éxito en climas extremos, como desiertos o zonas con lluvias intensas. Ahora, los datos recogidos en Engaji Nanyori, en la Garganta de Oldupai (Tanzania), muestran que el Homo erectus logró sobrevivir en un paisaje dominado por desierto-estepario, con vegetación escasa y períodos recurrentes de incendios en el África oriental, gracias a su habilidad para aprovechar de manera precisa los recursos naturales disponibles.
"El Homo erectus demostró una gran capacidad de resiliencia y estrategia en un ambiente hostil y cambiante", explica Mercader, autor principal del estudio. "Esta investigación no solo amplía su rango ecológico, sino que también lo posiciona como una especie con una adaptabilidad más sofisticada de lo que se pensaba hasta ahora".
Planificación y movilidad calculadas
El estudio identificó más de 22,000 herramientas de piedra en el yacimiento, muchas de las cuales se usaron para procesar grandes herbívoros. Estas herramientas, en su mayoría hechas de cuarcita, fueron elaboradas a partir de materiales extraídos de hasta 13 km del lugar, lo que denota una planificación y movilidad calculadas.
"La combinación de tácticas de caza, procesamiento de cadáveres de animales y selección estratégica de asentamientos cercanos a zonas fluviales demuestra una capacidad de adaptación notable", subraya Palmira Saladié, investigadora del IPHES-CERCA, quien lideró el análisis zooarqueológico y tafonómico del yacimiento.
Su investigación evidencia que Homo erectus priorizaba la caza de herbívoros como bóvidos y antílopes de tamaño medio, optimizando el uso de recursos animales con herramientas diseñadas para tareas específicas, como la desarticulación y la extracción de médula ósea.
Por su parte, Pamela Akuku, investigadora del Museo Nacional de Kenia y asociada al IPHES-CERCA, destaca la importancia de los entornos fluviales en esta adaptación. "Los homininos desarrollaron una estrategia de supervivencia basada en la reocupación de áreas estratégicas con acceso recurrente a agua, incluyendo zonas donde confluyen ríos, que proporcionaban recursos durante los períodos más áridos".
Implicaciones para la evolución humana
Este trabajo redefine el papel de Homo erectus como un homínido generalista, capaz de habitar paisajes fragmentados y con recursos limitados. El estudio sugiere que esta habilidad para sobrevivir en regiones áridas fue clave para su dispersión dentro y fuera de África, llegando hasta Arabia y más allá.
"La capacidad de gestionar los recursos de manera eficiente y adaptarse a condiciones cambiantes ofrece una nueva perspectiva sobre cómo se configuró la expansión geográfica de esta especie", concluye Mercader.
Las evidencias aportadas por este estudio reafirman que Homo erectus fue un verdadero innovador en la historia de la evolución humana, marcando un precedente en la colonización de entornos marginales que hasta ahora se asociaban exclusivamente al éxito de nuestra especie.
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