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SEGÚN VARIOS ESTUDIOS

La pérdida de olfato y gusto por la covid-19 afecta más a los jóvenes y las mujeres

Nuevos estudios sobre la pérdida de gusto y de olfato debido al coronavirus en diferentes grupos de pacientes concluyen que más de la mitad de las personas afectadas tienen una merma en alguno de los sentidos y, de estos, en más del 90 % el deterioro se produce en ambos.

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Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el inicio de la pandemia se han reportado más de 73 millones de casos de covid-19 en todo el mundo y más de 1,6 millones de muertes. Aunque muchas personas tienen síntomas respiratorios, una parte importante de los diagnósticos positivos son asintomáticos o presintomáticos con un período de incubación más largo, lo que conlleva que el número de portadores sea elevado. Esto, sumado a la elevada transmisibilidad del virus, contribuye a su rápida propagación.

Entre la variada sintomatología se encuentra también la pérdida del olfato o del gusto, una afectación que es común a otras infecciones, como el resfriado común o la gripe. Según los estudios realizados en diferentes países, este problema afecta a entre un 5 y un 85 % de las personas infectadas por el coronavirus.

Entre la sintomatología del coronavirus se encuentra la pérdida del olfato o del gusto, común a otras infecciones como el resfriado o la gripe. Este problema afecta a entre un 5 y un 85 % de las personas infectadas

Ahora, investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS han analizado la prevalencia de este síntoma en varios subgrupos de pacientes y concluyen que más de la mitad de las personas infectadas presentaban una pérdida grave del olfato (53,7 %) o del gusto (52,2 %) y, de estos, en más del 90 % el deterioro afectó ambos sentidos.

Publicado en el Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology, uno de los trabajos evalúa los datos de 846 pacientes y 143 controles de 15 hospitales españoles e indica que la disfunción del olfato o del gusto (DOG) fue dos veces más común en pacientes con covid-19 en comparación con los controles.

Por otra parte, los resultados demostraron que la DOG es un síntoma común en covid-19 principalmente en pacientes jóvenes y no hospitalizados. Entre los pacientes afectados de DOG, uno de cada tres presentó pérdida del gusto o del olfato como síntoma inicial de la enfermedad.

Estudiar el olfato, útil para detectar pacientes

En otro estudio, publicado en el European Archives of ORL, se evaluó la frecuencia y gravedad de la DOG en pacientes no ingresados positivos a PCR para SARS-CoV-2, en comparación con controles con resfriado común o gripe y PCR negativa. Se incluyeron 197 pacientes y 107 controles de cinco hospitales españoles.

La frecuencia de pérdida de olfato (70,1 %) y sabor (65 %) fue significativamente superior entre los pacientes con covid-19 respecto a los controles (20,6 % y 19,6 %, respectivamente). La pérdida simultánea de gusto y olfato también fue mayor en los pacientes infectados (61,9 % vs 10,3 %).

“En las dos investigaciones la pérdida de olfato y gusto debida a la covid-19 fue predominante en personas jóvenes de menos de 50 años y en mujeres, que representaban un 63 % de los afectados con esta sintomatología”, señalan los autores. “En ausencia de pérdida de olfato debida a otras enfermedades respiratorias, como rinitis alérgica grave, rinosinusitis aguda o crónica, debe alertar a los médicos sobre la posibilidad de tener una infección por SARS-CoV-2”.

Los expertos sostienen que el estudio del sentido del olfato puede ser útil para identificar pacientes que requieran medidas de aislamiento o tratamiento inicial y podría reducir el número de contagios

En este sentido, los expertos sostienen que el estudio del sentido del olfato puede ser útil para identificar pacientes que requieran medidas de aislamiento o tratamiento inicial y podría reducir el número de contagios evitando la propagación del coronavirus.

Entrenar el olfato para recuperarlo

Tres de cada cuatro pacientes con covid-19 presentan una mejora de la pérdida de olfato pasado un mes desde el diagnóstico. Esta mejora con el tiempo indica que el virus provoca una inflamación, y no un daño permanente al neuroepitelio olfativo, en la mayor parte de los pacientes.

En caso de que la pérdida de olfato persista, se debe considerar el inicio de tratamiento, aunque se desconoce la eficacia de las terapias disponibles en la actualidad para la disfunción olfativa postviral. “No hay medicamentos eficaces en la pérdida de olfato y el gusto por virus”, explican los autores. “Sin embargo, el entrenamiento olfativo puede ayudar a la recuperación del olfato”.

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