Son más de 124.000 los documentos secretos de Uber filtrados a la prensa y que ahora laSexta, junto a otros medios de todo el mundo, hacen públicos en una investigación nombrada Uber Files. Y detrás de cada filtración, siempre hay una (o varias) personas. Lo cierto es que en muchas investigaciones nunca se llega a conocer el nombre de la persona o las personas que hacen pública una información relevante; no ocurre en este caso. La persona que está detrás de toda la información acerca de los Papeles de Uber filtrada al periódico británico 'The Guardian' tiene nombre, y ese nombre es Mark MacGann.
Ex alto ejecutivo de Uber entre 2014 y 2016, MacGann, ahora con 52 años, tenía el cargo de jefe de Políticas Públicas de Europa, Medio Oriente y África (EMEA), lo que se traduce en el principal actor lobby de la compañía en esa área. MacGann fue el responsable de dirigir todos los esfuerzos de Uber para ganarse a los Gobiernos de diferentes países de Europa, Oriente Próximo y África. Licenciado en Política y Economía por el Instituto de Estudios Políticos de Francia y la Universidad Kingston de Londres, antes de trabajar para Uber ya tenía una extensa carrera en asuntos públicos: había formado parte de compañías de políticas públicas como Weber Shandwich o Brunswick, y había dirigido DigitalEurope, una organización europea que representa a la industria de la tecnología digital.
Su cargo hacía que pueda definirse, entre 2014 y 2016, como el 'lobbista' principal de Uber en al región, supervisando las relaciones de Uber con los gobiernos de más de 40 países. En parte, se encargaba de gestionar los efectos colaterales de la agresiva expansión global de la compañía a pesar de las leyes locales, mientras buscaba presionar a los gobiernos para crear un ambiente empresarial más favorable para la compañía, a base de reformular la legislación. Comenzó defendiendo a la compañía en el verano de 2014, contratado de manera externa a través de Fipra, una consultora 'lobbista' europea que Uber había fichado para supervisar las relaciones con los gobiernos fuera de Estados Unidos. En octubre de 2014 fue contratado 'in house', ofreciéndole el cargo de responsable de Políticas Públicas de la región.
Oficialmente abandonó su cargo en Uber el 12 de febrero de 2016. Sin embargo, Uber le pidió que siguiera asesorando a la compañía como consultor, a lo que accedió. Se le dio un nuevo puesto —como asesor senior de la junta— y mantuvo tanto su correo institucional como los ordenadores y teléfonos de la compañía. De este papel se despidió en agosto de 2016, después de aceptar un nuevo trabajo en una compañía de telecomunicaciones y, además, comenzar su propio negocio. A su salida, recibió numerosos halagos por parte de sus superiores. El exasesor de Barack Obama David Plouffe, el exasesor de Obama, lo definió como un "fantástico defensor de Uber en tres continentes". "Mark es un profesional de las políticas públicas con mucho talento, y un fantástico compañero. Es creativo, determinado y con muchos conocimientos, y ha sido un fantástico defensor de Uber en tres continentes en un ambiente con muchos retos. Echaré de menos viajar por toda la región con él, pero le deseo lo mejor en su próximo capítulo".
Entretanto, responsable de comunicación y políticas públicas durante diez años y exvicepresidenta de Uber, también de comunicaciones y políticas públicas, hasta abril de 2017, lo calificó de "líder maravilloso". "Mark ha sido un líder maravilloso en el equipo de políticas en Europea, Oriente Próximo y África", señaló. "Gracias a su liderazgo, cada vez se reconoce más la necesidad de regulaciones modernas que promuevan la seguridad, además de haber ayudado a aumentar las opciones vía innovaciones, como Uber".
MacGann, plenamente consciente de lo que hacía Uber
La investigación de Uber Files demuestra que Mark MacGann era completamente consciente de las prácticas llevadas a cabo por Uber, y es en la entrevista que ha concedido a raíz de la filtración donde aborda su propia culpabilidad. Recientemente ha llegado a un acuerdo extrajudicial con Uber; sin embargo, los términos de esta disputa con la compañía giran en torno a asuntos económicos.
¿Por qué ofrece ahora toda esta información? Por interés público, dice. Su objetivo es sacar a la luz las malas prácticas de la compañía que él mismo ha presenciado. No oculta, por otro lado, la frustración que ha vivido para con Uber, compañía en la que ha experimentado, según él mismo revela, un estrés creciente derivado de la carga de trabajo y de los abusos por parte de los trabajadores de la industria del taxi. Frustraciones, por otro lado, que sus superiores no han escuchado. Como cara visible de Uber en Europa, se convirtió en objetivo de la ira de algunos elementos de la industria. Lo seguían a casa, lo acosaban y estuvo sujeto a amenazas en Internet y, en ocasiones, también a ataques verbales y amenazas en la calle. Esto fue en aumento en 2015, hasta el punto de tener que necesitar protección por parte de una escolta. En septiembre de 2017, un año después de dejar Uber, se vio rodeado por varios taxistas cuando cogía un Uber a las afueras de la estación Midi de Bruselas, en un incidente que acabó con una llamada a la Policía.
A mediados de 2018, la muerte de un amigo cercano contribuyó al deterioro de su salud mental. Según un informe médico con fecha de marzo de 2019, fue diagnosticado con un desorden de estrés traumático relacionado con el estrés profesional al que estuvo sometido durante su tiempo en Uber. El propio MacGann responsabiliza de su situación a Uber en general y a Travis Kalanick en particular: fue él, dice, el responsable del carácter combativo de las relaciones de Uber. Tanto es así que en abril de este mismo año le llegó a transmitir su enfado a Kalanick en un mensaje privado. Ahora, después de que se conozca su identidad, es consciente de que tanto Kalanick como Uber podrían usar sus antecedentes para desacreditarlo.
Tal y como se extrae de esta investigación, MacGann aceptó un significativo recorte salarial para trabajar en Uber, de unos 160.000 euros. No obstante, era algo común: muchos otros altos cargos que se unieron a la compañía en aquel momento lo hicieron bajo la premisa de otro incentivo económico: la promesa de tener opción de acciones de la compañía, posiblemente valoradas en millones de dólares.
Por qué MacGann acabó dejando Uber
Las causas que lo llevaron a decidir abandonar la compañía fueron, principalmente, razones relacionadas con su seguridad. Después de varios incidentes con taxistas, su principal preocupación era su propia seguridad, así como la de su familia y amigos. Uber le ofreció a MacGann un equipo de escoltas y entre septiembre y noviembre de 2016 su equipo de seguridad dedicó 619 horas a protegerlo en Bélgica, aunque la compañía también reforzó su seguridad en sus viajes al extranjero. Entre los incidentes que vivió MacGann están el hecho de haber sido perseguido hasta su apartamento por un conductor de taxi en Bruselas, que publicó su dirección en un grupo de Facebook en contra de Uber en el país. Los taxistas llegaron a tomar fotos como si lo estuvieran vigilando fuera de un hotel con amigos y acabaron subiéndolas a Internet. Según un informe de seguridad encargado por Uber, existía un rumor que apuntaba a que tanto MacGann como otro alto ejecutivo de Uber iban a ser "expulsados de las calles de Bruselas".
Las amenazas de violencia exacerbaron otras preocupaciones que el propio MacGann ya tenía acerca de Uber en aquel momento. Sostiene que la cultura en los altos mandos de Uber la posibilidad de cuestionar determinadas decisiones, estrategias o prácticas, y finalmente se dio cuenta de que su presencia no tenía ningún impacto en la compañía. Estas frustraciones profesionales, junto a la preocupación por su seguridad, la de su familia y la de sus amigos, fueron las que le hicieron tomar la decisión de abandonar la compañía y finalmente, en octubre de 2015, MacGann habló con Plouffe y Whetstone para comunicarles su decisión de abandonar su puesto.
MacGann decidió filtrar esta información porque, dice, cree que los altos cargos de Uber se burlaron, a sabiendas de que lo hacían, de decenas de leyes en diferentes países, y vendieron "a la gente una mentira" acerca de los beneficios de los conductores del modelo económico laboral de la compañía. Reconoce que fue parte de ese círculo de Uber en el momento, y no está exento de culpa por las conductas que él mismo describe, pero, en parte, está motivado por el remordimiento. Ahora bien, ¿por qué dar esta información cinco años después de abandonar Uber? Porque, asegura, en su tiempo en Uber se creyó muchos de los mensajes de la compañía acerca de sus intenciones de cambiar la naturaleza del trabajo. Su trabajo era, dice, tan intenso que realmente nunca tuvo tiempo de cuestionar el efecto de cómo la empresa estaba haciendo negocios. No fue hasta que dejó la compañía cuando comenzó a reflexionar sobre el tiempo que había pasado allí, y que comenzó a darse cuenta de que Uber había vendido a los conductores una "mentira" acerca de sí misma.