¿Cómo desconectar cuando estás de viaje?

Una de las mejores cosas de viajar es, sin duda, la libertad que nos concedemos para desconectar de la rutina, del trabajo, de lo que nos aguarda en la ciudad en la que vivimos. Y una de las peores cosas de viajar con esta idea... Es no conseguir hacerlo. Hay quien, por mucho que se esfuerza, no puede apartar su mente de ese día a día del que está huyendo. Pero se puede conseguir.

En primer lugar, tenemos que tener claro que es uno de los objetivos de nuestro viaje, así que debemos estar dispuestos a olvidar. Si pese a todo no lo conseguimos, podemos seguir una serie de consejos que nos ayudarán.

Empezamos por el más evidente que es, además, el fundamental: olvídate del teléfono móvil. Sabemos que cuesta, sabemos que nos encontramos en una época en la que nos es imposible imaginarnos sin contactar con nuestras personas más cercanas, sin estar al tanto de lo que sucede en el mundo y sin echar mano de Google cuando lo necesitamos, pero aunque parezca difícil se termina logrando.

Puede que las primeras horas te resulte complicado, pero esfuérzate y acabarás por no echarlo de menos. Es más: acabarás por no querer saber nada de este aparato. El móvil es, en la mayoría de las ocasiones, un lastre cuando viajamos. Nos distraerá y conseguirá que nuestra cabeza permanezca en parte en ese lugar que hemos dejado atrás unos días. Olvídate de él y todo será más sencillo. Si viajas solo, plantéatelo como un reto. Si viajas acompañado, prueba a prohibíroslo entre todos durante las próximas horas. Después saldrá solo. Aplicando esto, nos resultará más fácil todo lo demás.

¿Cuántas veces esperando al bus hemos sacado el teléfono para evitar quedarnos mirando a la nada “pensando en nuestras cosas”? Esto era algo que anteriormente todos hacíamos pero que se ha perdido con el tiempo. Vuelve a ello. Déjate llevar por ese hilo de pensamientos que no tienen sentido pero que de alguna manera te conducen a alguna parte.

Y, sobre todo, conecta con lo que te rodea. En lugar de mirar Twitter, mira a tu alrededor. Uno se acostumbra pronto a esto porque, aunque no lo sepas, lo necesitas. En el día a día, acostumbramos a movernos con prisa, sin apreciar lo que tenemos alrededor. Aprovecha tus vacaciones para abrir los ojos, para escuchar los ruidos de la ciudad, de la playa, de la montaña, de donde sea. Cuanto más te entregues a esto, más vas a poder respirar y más lejos quedarás de la rutina.

Anímate a probar cosas diferentes. Una de las mejores maneras de desconectar es encontrando algo que centre toda nuestra atención sin recurrir a otras cosas, por eso es importante abandonar la tecnología y concentrarse en lo que tenemos alrededor. También es una gran idea animarse a salir de la zona de confort y probar cosas nuevas, ya sea una comida como esa aventura que siempre has querido hacer pero nunca te has atrevido.

Repítete cuantas veces sea necesario hasta que quede grabado a fuego en tu cabeza que lo que estás viviendo solo vas a vivirlo una vez, en ese momento, y que de nada sirve estar preocupándose por lo que has dejado atrás o por lo que te espera al volver. Lo que importa es el momento.