Consejos para sacar las mejores fotografías en tus viajes

Tenemos que comenzar diciendo que si estamos verdaderamente interesados en el mundo de la fotografía entonces lo que debemos hacer es formarnos en ella; es buena idea hacerlo a través de los diferentes cursos que se ofrecen. Si lo único que queremos es tocar este fantástico universo un poco por encima, lo suficiente como para conseguir que nuestras fotografías de ese viaje tan especial sean (casi) perfectas, entonces siempre podemos seguir una serie de consejos que nos ayudarán.

En primer lugar, debemos conocer la cámara que vamos a emplear. Tanto si es una profesional con diversas funciones como si nos conformamos con la del teléfono (la calidad de algunas nuevas es bastante buena), tenemos que investigar cada una de sus características para saber con cuál debemos quedarnos en cada momento y qué modo fotográfico puede servirnos para esta o aquella ocasión. Por supuesto, la mejor forma de conocer es practicando.

Una vez concienciados de lo anterior, otro consejo: normalmente cantidad no es igual a calidad. Y aunque siempre es bueno ir con la cámara en la mano, por si se nos presenta el escenario perfecto, no tenemos que sacar en cada momento cientos de fotos de cada rincón. En la mayoría de las ocasiones, es mejor buscar la instantánea deseada y esperar por ella cuando sea necesario. De lo contrario, es probable que terminemos con decenas de fotografías “inservibles” en nuestra memoria.

En ese sentido, también puede ayudar proyectar la fotografía en cuestión en nuestra cabeza antes de darle vida con nuestro objetivo. Ese tipo de instintos tenemos que seguirlos, y si de pronto nos quedamos parados porque hemos visto el encuadre perfecto... Entonces hay que lanzarse a él. Pensando antes de disparar, porque podemos probar sin necesidad de apretar al botón.

Recogiendo este hilo, también es bueno inspirarnos en otros trabajos para tomar nuestras fotografías (¡inspirar no es igual a copiar!). Si vamos a visitar una ciudad que no conocemos, podemos echar un vistazo a las fotografías que se han tomado con anterioridad para saber qué miradores son perfectos para lograr una panorámica o donde se refleja con más claridad la luz en el agua, por ejemplo. Un poco de investigación previa nunca viene mal.

Y, por supuesto, hay que atender a las condiciones del lugar. Atentos a la luz del momento, al color de las casas de nuestro alrededor, al encuadre más indicado... Del mismo modo que la investigación previa puede ayudarnos, conocer cómo es el lugar en el que nos encontramos y qué nos inspira es una tarea que siempre nos va a venir bien.