Planes alternativos en Nueva York
¿Quieres hacer planes inusuales en Nueva York? ¡Aquí encontrarás unos cuántos!
Si ya se conoce la Estatua de la Libertad, se ha subido al Empire State, recorrido las salas del MET o del MoMA, paseado por Central Park y arrasado las tiendas de la Quinta Avenida y de Madison... que no cunda el pánico: Nueva York tiene muchos planes alternativos para una segunda, tercera o cuarta visita. Desde tomarse una cerveza en los Beer Gardens en las terrazas de Manhattan hasta descubrir museos insólitos o granjas donde aprender a esquilar ovejas en medio de los rascacielos.
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Cuando se prepara un primer viaje a Nueva York en el itinerario aparecen planes tan típicos –y a la vez maravillosos, claro– como visitar la Estatua de la Libertad, subir a lo más alto del Empire State o recorrer la Quinta Avenida soñando con comprar todo lo expuesto en los escaparates.
Todo esto está genial, por supuesto, pero cuando ya has estado en esta gran ciudad estadounidense en alguna ocasión y todas esas cosas ya las has hecho, puedes buscar planes alternativos. Y por supuesto, en una ciudad de esas dimensiones y con tantas opciones, hay muchísimos entre los que elegir.
Por eso, hemos seleccionado unos cuántos posibles planes alternativos que puedes hacer en Nueva York. De esta manera, cuando prepares un nuevo viaje a esta ciudad, tan solo tendrás que escoger los que más te gusten de entre todos los que aparecen en la siguiente lista:
Visitar la librería más grande del mundo o, lo que es lo mismo, la Strand Bookstore. Abrió sus puertas en 1927 y desde entonces, cada día la visitan muchas personas deseosas de acariciar alguno de sus más de 18 millones de libros. Los hay de todo tipo: desde novedades hasta ejemplares raros y de segunda mano.
Ir de mercadillos. Porque sí, en Nueva York no todo es la Quinta Avenida. En el barrio de Wiliamsburg se celebra cada fin de semana el Artists&fleas, que es algo así como dos mercados en uno en los que encontrarás objetos con aire vintage y accesorios hechos por diseñadores locales. Y si lo que quieres es llenar tu estómago, tienes el Smorgasburg, un mercadillo de comida con aire hipster.
Recorrer otros parques más allá de Central Park. Porque sí, todos hemos escuchado hablar un millón de veces de ese inmenso espacio verde. Pero hay otros menos conocidos y más pequeños que merecen muchísimo la pena, como el Brooklyn Bridge Park. O el High Lone Park, que abrió sus puertas en el año 2009 y se ha convertido en un símbolo del Nueva York moderno.
Tomar una buena cerveza o un refresco en un rooftop. Es decir, en una terraza situada en lo más alto de un edificio y, por tanto, desde la que se tienen unas vistas increíbles de Nueva York. Además, con un poco de suerte podrás ver el Empire State… porque subir hasta lo alto de este rascacielos está genial, solo que el rascacielos no lo ves.
Disfrutar del Gospel. Ve un domingo por la mañana a alguna iglesia de Harlem y disfruta de esos coros a capella tan típicos de allí.
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