FAUNA MARINA
Los riesgos en la playa: Cómo tener cuidado con medusas, fideos de mar o pez araña
El mundo marino es tan bello como peligroso en algunos casos para todos aquellos bañistas desafortunados. Te damos algunas recomendaciones para que la fauna marina no te arruine las vacaciones.
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La mayoría de las lesiones producidas por un animal marino suelen ser locales y leves y muestran síntomas como picor, dolor e inflamación, y aunque las reacciones graves son anecdóticas, si apareciesen hay que detectarlas inmediatamente y trasladar al afectado a un hospital.
El Grupo Ayuda Animal (Semes) de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, ha elaborado una serie de consejos para evitar que estos incidentes, en su mayoría provocados por contacto accidental y no por un ataque directo del animal, pueda llegar a arruinar las vacaciones.
La primera recomendación es prevenir y respetar al máximo el hábitat marino, que las personas invaden cada verano: "Debemos ser respetuosos con el medio marino e interferir lo mínimo en la vida de sus animales", ha avisado la doctora Beatriz Rodríguez, coordinadora del grupo.
Si nos picara, de forma general hay que limpiar la zona con agua de mar o con vinagre diluido al 50 % y retirar los cuerpos extraños (tentáculos, espinas…) con pinzas o cualquier otro objeto y aplicar frío local indirecto sin frotar (hielo envuelto en paño), pero nunca manipular directamente o hacer un rascado directo.
Así, están contraindicados el lavado con agua dulce, vendajes compresivos o succión directa; en un segundo momento y siempre bajo supervisión médica, se pueden tomar analgésicos, antihistamínicos, cremas para alivio sintomático, antibióticos o incluso vacunarse del tétanos.
El más temido de estos animales es la medusa, que representan más del 60% de las incidencias y cuya presencia y variedad ha ido en aumento por el cambio climático y la intensificación de la pesca; la zona más problemática de este animal son los tentáculos que acumulan su toxina, por lo que si hubiera que manipularla debe hacerse por su cuerpo.
"Lo más sensato" es evitar el baño cuando haya alarma de su presencia masiva o estar pendientes para evitar el contacto; si se ven muertas en la orilla, hay que evitar tocarlas porque pueden seguir manteniendo activa su toxina.
Mientras, el pez araña o escorpión y la raya suelen estar enterrados en la arena, por lo que no es difícil pisarlos, por eso el consejo es caminar calzado por la orilla.
En el caso de que uno de ellos nos pique, se debe retirar el cuerpo extraño y para neutralizar su toxina termolábil (neuro y cardiotóxica), hay que introducir el miembro afecto en agua caliente a 45ºC entre 60-90 minutos.
Otros animales son el pez torpedo o la raya eléctrica o calambrosa, habitual en las costas andaluzas y que pueden generar descargas que no suelen ser mortales, los erizos de mar, que suelen estar adheridos a las rocas o en los fondos marinos.
Además, hay otros en niveles marinos más profundos pero que dada la popularización de ciertos deportes acuáticos (submarinismo, pesca, snorkel…) cada vez son más frecuentes, como son las anémonas (fideos de mar), corales, esponjas o estrellas o pepinos de mar que principalmente provocan dermatitis irritativa por contacto y, en alguna ocasión, conjuntivitis.
También se da la erupción del bañista, que se produce por contacto con larvas de Edwarsiella lineata, que quedan retenidas en contacto con la piel normalmente en la zona del bañador. En este caso, se deben retirar y lavar intensamente con agua de mar.
De cualquier modo, suelen ser lesiones locales, leves y muestran síntomas como picor, dolor e inflamación, pero si apareciera una reacción grave, caracterizada por convulsiones, falta de aire, dolor abdominal, fiebre o shock anafiláctico, "hay que activar los Servicios de Emergencias y trasladar a la víctima a un medio hospitalario donde será atendido", concluye.
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