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Baljenac, la isla deshabitada y repleta de muros de piedra que forman un laberinto
¿Alguna vez te has imaginado un lugar alejado del resto del mundo que sea prácticamente un laberinto? Parece de película pero es un rincón real de Croacia y te vamos a contar todo lo que se sabe de esta isla.
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El mundo está repleto de rincones de lo más llamativos e interesantes y en muchas ocasiones desconocidos. Son precisamente estos destinos más desconocidos los que resultan más atractivos debido al aura de misterio y fantasía que suelen envolverlos. Es el ejemplo de la región escondida de Italia que hace poco te presentamos: Friuli-Venezia Giula. Y si tenemos que seguir dando a conocer lugares de tal magnitud curiosa, no podemos dejar de hablar de una isla ubicada en Croacia que resulta ser un destino de lo más llamativo e interesante. ¡Te contamos por qué!
Un usuario de la red social Twitter llamado @Germanmancini, ha sido el encargado de presentarnos un hilo sobre la Isla de Baljenac, en Croacia. Una isla que ha presentado el usuario como "completamente deshabitada y llena de un laberíntico sistema de muros de piedra". Y es que si nos fijamos en la fotografía que adjunta en el tweet, se puede ver como esta isla consta de una serie de dibujos indescifrables hechos por muros de piedra y que forman una especie de laberinto.
El lugar ubicado en el archipiélago de Sibenik, está deshabitado pero su atractivo y su curiosa formación ha hecho que esté dentro del patrimonio de la Unesco. La isla de 0,14 kilómetros cuadrados y una longitud que no llega si quiera al kilómetro y medio, tiene, sin embargo 23 kilómetros de muralla rellenando todo el terreno. Pero, ¿a qué se debe este entramado de muros?
Según las leyendas más antiguas, se dice que durante los siglos XVI y XVII, en el contexto de la conquista otomana de Croacia, la isla sirvió de refugio a los cristianos que comenzaron a construir estos muros de piedra con motivo de defensa. Sin embargo, quienes terminaron de construirlos fueron los agricultores pero esta vez el objetivo era proteger los cultivos del viento y separar unos de otros. Finalmente el resultado quedó en un entramado de muros que incluso podría decirse que tiene una forma bastante parecida a la huella dactilar humana.
A pesar de ser un lugar de lo más curioso, no resulta ser un lugar ideal para vivir puesto que se encuentra deshabitada y no parece que haya signos de que en un futuro esto pueda cambiar.
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