SALAMANCA
Convento de la Casa Baja: esta es su sorprendente historia
Es el momento de descubrir la sorprendente historia del conocido como Convento de la Casa Baja, uno de los grandes secretos de la provincia de Salamanca.
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El Convento de la Casa Baja es uno de los lugares más desconocidos pero más sorprendentes que podrás encontrar en la provincia de Salamanca, concretamente con El Maíllo. Su curioso nombre se debe a que los frailes dominicos que vivían en el precioso Monasterio de la Peña de Francia, cada año, se trasladaban a este monasterio cuando la época de nieves llegaba.
Eso sí, durante el resto del año, parece ser que este Convento de la Casa Baja servía a estos frailes como un auténtico almacén tanto de alimentos como de provisiones. Los dominicos, para poder llevar a cabo la construcción de este lugar, pidieron una autorización papal que le fue concedida por Alejandro VI, allá por el año 1498.
Finalmente, se edificó durante el siglo XVI. Eso sí, cabe destacar que en la iglesia se pueden apreciar ciertos restos del estilo meramente neoclásico. Lo que más llama la atención, sin lugar a dudas, es el precioso claustro que nos recuerda a ese magnífico estilo gótico-isabelino.
Cabe destacar que, tras la guerra de la Independencia y los fuertes daños sufridos, los frailes decidieron comenzar la restauración del Convento de la Casa Baja en el año 1816. Los religiosos tuvieron que vender varios olivares, así como tomar un empréstito de unos 80.000 reales, aproximadamente.
Eso sí, cuando llegó la conocida desamortización de Mendizábal, este lugar fue adquirido por varios vecinos del pueblo. En la actualidad, se conserva tanto el claustro como la iglesia así como diversas dependencias. Es más, cabe destacar que el claustro mide unos 23 metros cada lado y cuenta con un total de 7 arcos.
En este Convento de la Casa Baja encontramos al norte la iglesia, al este la sacristía así como el calefactorium y, por supuesto, la sala capitular. En la parte sur encontramos el refectorio (planta baja) y el dormitorio de 19 celdas con vistas a la Peña de Francia (parte alta). Este dormitorio se prolonga hasta la parte oeste, con 12 celdas en la planta alta mientras que en la baja encontramos tanto la hospedería como la enfermería. En esta parte se situaba tanto la cocina como las oficinas.
Una cuestión a tener en cuenta y que nos hace ver esas raíces dominicas de este convento es que podemos encontrar hasta en dos ocasiones una espectacular escalera que cuenta con una historia. Y es que son bastante similares a la conocida como “Escalera de Soto” que podemos encontrar en el espectacular convento de San Esteban (Salamanca).
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