Curiosidades del océano Atlántico que quizá desconocías

Todos conocemos el océano Atlántico, hayamos o no tenido la oportunidad de verlo de cerca. Es el océano que separa América de Europa y África y se extiende desde el océano Glacial Ártico en el norte hasta el océano Antártico en el sur. Si hablamos de España, es el que baña la costa oeste de Galicia. Pero dicho esto, es posible que no sepas mucho más sobre él. Y es algo completamente normal, pues le ocurre a la gran mayoría de personas.

Por ejemplo, ¿sabías que es el segundo océano más extenso de nuestro planeta? Solamente lo supera el océano Pacífico. Tanto es así que ocupa el 20% de la superficie terrestre y el 26% de la superficie sumergida.

Pero esta no es la única curiosidad sobre él que seguramente desconocías, claro, pues es probable que tampoco hayas escuchado nunca que se trata del océano más joven de la Tierra, pues se formó hace aproximadamente 200 millones de años a raíz de la separación del supercontinente Pangea. Además, el océano Atlántico ostenta otros récords. Entre ellos, el de la salinidad media más alta.

También podemos referirnos a su nombre, pues esconde otra curiosidad: proviene de la mitología griega y significa mar del Atlas. Y si hablamos de su profundidad, debes saber que la máxima que alcanza es de 8.380 metros en la Fosa de Puerto Rico. Pero no en todas partes es así y, de hecho, la media es de 3.339 metros de profundidad.

En cuanto a su temperatura, ¿sabías que esta es muy cambiante? Como ya hemos mencionado, se trata de un océano que recorre el planeta de norte a sur. Así pues, igual que cambia el clima de las ciudades también lo hace el del agua del océano. De este modo, hay zonas en las que el Atlántico alcanza temperaturas negativas y en otras supera los 30ºC.

Otra curiosidad sobre el océano Atlántico es que sus aguas no siempre giran hacia el mismo lado. Mientras que en el Atlántico Norte lo hacen en el sentido de las agujas del reloj, en el Atlántico Sur giran en sentido contrario.

Por último vamos a hacer mención a los tesoros que esconde en sus profundidades, siendo la principal característica una gran cadena montañosa submarina que lo cruza de norte a sur. Se llama dorsal mesoatlántica y está en el límite de cuatro placas tectónicas denominadas Euroasiática, Norteamericana, Sudamericana y Africana.