MALLORCA
Descubre la curiosa leyenda del Drac de na Coca y dónde se encuentra
Ponemos rumbo a Mallorca, para conocer la curiosa leyenda que esconde el conocido como Drac de na Coca. ¡No te dejará indiferente!
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Es el momento más que perfecto para conocer una historia que, durante el siglo XVII, tenía completamente atemorizados a los habitantes de Palma. A un temible dragón se le atribuyeron una serie de desapariciones de niños. Es más, muchos estaban convencidos de que estaban ante nada más y nada menos que un castigo divino.
Al principio de esta historia, muchos eran los que aseguraban haber visto una enorme cola verde con escamas que serpenteaba por diversas zonas, sobre todo por el barrio judío del Call, así como por la antigua calle Portella. Hasta tal punto que muchos eran los que no se atrevían a salir de sus casas cuando la luz del sol se iba.
Una noche en concreto Bartomeu Coch, un capitán que pertenecía a una de las familias más reconocidas de Mallorca, cruzó a caballo una de las tantas puertas de la muralla. Fue entonces cuando llegó hasta la portella con el fin de ver a su enamorada. Poco después, escuchó un ruido algo extraño. Tirando de su adiestramiento militar, se enfrentó a una extraña criatura, un dragón, y acabó con su vida.
Al saber lo ocurrido, muchos fueron los que salieron a la calle mientras el capitán no dejaba de mostrar su “trofeo”. Lejos de que todo quede ahí, Bartomeu Coch quiso entablillar a este extraño animal para llevarlo hasta la ventana de la casa de su amada, como prueba de su amor. Ese es el origen de una de las leyendas más espectaculares de Mallorca: el Drac de na Coca.
Evidentemente, no estábamos ante ningún tipo de Dragón. Lo que el capitán mató fue un cocodrilo de un metro o metro y medio, de origen africano. Un ejemplar que, en este lugar, era completamente desconocido. Este cocodrilo pudo haber escapado siendo tan solo una cría y, gracias a la estructuración del alcantarillado árabe, comenzó a crecer.
Aunque por su tamaño no era tan probable que acabase con la vida de un humano, sí que era normal que muchos sintieran un enorme temor. Es más, también era entendible que pudiera ser confundido con un dragón. Para conservar su recuerdo, decidieron embalsamarlo. Fuera como fuese, es una pieza que siempre ha permanecido en la isla y, actualmente, se encuentra en el Museo Diocesano tras la donación de la familia del capitán Coch. ¡Espectacular!
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