PALENCIA
Historia de la Iglesia de San Lázaro de Palencia y su curioso vínculo con el Museo del Prado de Madrid
Viajamos hasta Palencia para conocer el origen de la histórica Iglesia de San Lázaro y su relación con el Museo del Prado.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Castilla y León, concretamente a la ciudad de Palencia. Allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Iglesia de San Lázaro.
Debemos tener en cuenta que este templo se construyó en varias etapas a partir del siglo XIV. A pesar de destacar por su estilo gótico, la Iglesia sufrió varias reformas en los siglos posteriores. Llaman la atención muchísimos elementos pero, sobre todo, su retablo mayor realizado en estilo renacentista plateresco.
La Iglesia de San Lázaro de Palencia, a través de su historia
La tradición asegura que este templo se erigió, aproximadamente, en el año 1076 en un inmueble fundado por el Cid Campeador que era utilizado como hospital de peregrinos y leprosos. Algo que se recuerda en una placa situada en la misma puerta. A principios del siglo XVI se encontraba en un avanzado estado de deterioro.
Fue entonces cuando, en el año 1508, don Sancho de Castilla, señor de Palencia, decidió reconstruirla. Además, optó por instalar allí nada más y nada menos que su mausoleo familiar. Fue entonces cuando la Iglesia de San Lázaro pasó a estar en manos de la conocida Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Con posterioridad, empezó a celebrar culto como parroquia. Algo que continúa en la actualidad. En el siglo pasado se llevaron a cabo diversos procesos de restauración. En 2006 se reacondicionó para el culto y, un par de años después, se conmemoró el 500 aniversario de la fundación del templo a manos de don Sancho de Castilla.
La Iglesia de San Lázaro de Palencia, a través de sus características
Si hay algo por lo que destaca es por su espectacular belleza, pero también por las épocas arquitectónicas perfectamente diferenciadas en las que se refleja su evolución. Algo que se aprecia en elementos como la fachada de poniente y la torre, de estilo protogótico, o el ábside y el presbiterio del gótico florido del siglo XVI, entre otros. De una época más cercana es la nave lateral, abierta en el lado de la epístola.
Sea como sea, lo que más llama la atención del interior del templo es su impresionante retablo mayor, de estilo plateresco, que data del siglo XVI. Es importante saber que no es el original sino una sustitución que se hizo efectiva tras la Guerra Civil española. El primitivo retablo fue encargado por don Sancho de Castilla a Juan de Flandes, reconocido artista. Se trataba de nada más y nada menos que ocho pinturas en las que se reflejaban diversos paisajes evangélicos.
Estas pinturas se conservan, aunque en diferentes lugares. Cuatro de ellas se encuentran en el madrileño Museo del Prado y, las otras cuatro, en el histórico National Gallery of Art de Washington. El retablo quedó destruido en 1761 y reemplazado por uno barroco. Se montaron seis de las tablas elaboradas por Juan de Flandes alrededor de un cuadro que se conserva en el Museo Diocesano de Palencia. Tras la Guerra Civil española, el retablo barroco se desmontó y se fueron vendiendo esas pinturas.
El retablo de estilo renacentista que se puede ver hoy fue colocado con posterioridad a esa venta, y procede de la iglesia del pueblo Tordehumos, situado en la provincia de Valladolid. En él encontramos, como no podía ser de otra manera, al titular de esta Iglesia que es San Lázaro. Del resto de mobiliario, llaman la atención cuatro retablos dorados elaborados en estilo barroco. ¡Verdaderamente espectacular!
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