Isquia, un tesoro en el Mediterráneo
Isquia, la isla italiana con una fortaleza aragonesa
Frente a la costa de Nápoles se encuentra Isquia, una isla muy especial que esconde auténticos tesoros como un castillo aragonés, numerosos parques termales, playas que nos parecerán el paraíso en la tierra con aguas cristalinas…
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Isquia o Ischia en italiano, es la isla más grande del archipiélago napolitano, es de origen volcánica y se encuentra en el mar Tirreno. Esta isla destaca por sus hermosas playas de arena y ensenadas, la mayor parte de ellas cuentan con un fácil acceso tanto por tierra como por mar.
Esta isla además de estar en el golfo de Nápoles, cuenta en su territorio con una fortaleza aragonesa. Para ello debemos remontarnos al siglo XV, cuando Juan II le deja en legado la isla a la hija adoptiva de su hermano Alfonso V de Aragón No obstante, su hija adoptiva aprovechará un momento de debilidad en la salud de Alfonso para hacerse con el control de la isla ayudada por Génova. Una década más tarde, Alfonso V de Aragón, recupera el castillo. Expulsaría a los hombres, para casar a los suyos con las mujeres de Isquia.
Como podemos ver, esta isla, al igual que otras partes de Italia, estuvieron muy ligadas a la Corona de Aragón, y más adelante a la Corona Hispánica.
En Isquia, además de visitar el Castillo Corona de Aragón, debemos visitar la Iglesia del Socorro en la localidad de Forio d’Ischia, cuenta con unas vistas al mar que son realmente espectaculares, y está muy cerca al centro histórico. Se halla sobre un pequeño promontorio y está dedicada la Virgen de las nieves o Madonna della Neve. Destaca por su fachada de color blanco y sus líneas sencillas que desvelan una clásica construcción mediterránea.
El promontorio de Soccorso en Forio no solo alberga la Iglesia, sino que al lado está el Torrione, símbolo de Forio y sede del museo.
No podemos abandonar la isla sin antes disfrutar disfrutar de Casamicciola, una ciudad termal situada cerca del mar. Debido a las numerosas y beneficiosas propiedades de estas aguas termales, la ciudad fue frecuentada, en siglos anteriores, por personalidades como Lamartine, Renan, Ibsen, y también Garibaldi.
No solo en esta ciudad encontraremos parques termales, sino que por toda la isla podremos bañarnos en sus aguas regeneradoras, nos cargarán las pilas, y nos llenarán de energía para continuar explorando Isquia.
Pero por supuesto, algo indispensable son sus playas. La costa italiana es conocida por sus playas de ensueño y de belleza exuberante, y las de este territorio insular no iban a ser menos. Podemos destacar la Playa de los ingleses o Spiaggia degli Inglesi, una pequeña playa de arena fina y no muy concurrida, lo que nos aportará tranquilidad.
Otra que merece la pena visitar es la playa de Scannella con sus aguas cristalinas. O sino, podemos acercarnos a la playa de Citara, una de las más bellas de la isla, pero también una de las más concurridas durante la época estival. Se encuentra en el municipio de Forio, bajo Punta Imperatore, bastante cerca de una de las termas más grandes de la isla.
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