GASTRONOMÍA
Una joven va al único restaurante español de Hawái y así fue su experiencia: "Mi cerebro está cortocircuitando"
A veces, cuando estamos lejos de casa, echamos de menos la comida de nuestro país. Eso fue que le pasó a la tiktoker @aquisandrax, por lo que fue a visitar el único restaurante español en Hawái. Sin embargo, lo que encontró fue una experiencia gastronómica que no esperaba. ¡Te lo contamos!
Publicidad
Viajar a países lejanos puede ser una experiencia emocionante, pero te puede ocurrir que la comida de allí no sea como esperabas y eches de menos las delicias culinarias españolas. En algunos rincones del mundo hay restaurantes que intentan imitar la comida de la península, pero no siempre logran replicar fielmente la esencia de la cocina española. Esto le ocurrió a la tiktoker @aquisandrax cuando decidió comer en el único restaurante español en Hawái, esperando encontrar un pedacito de España allí.
La experiencia comenzó con un plato de croquetas que, según ella, apenas alcanzaban el aprobado: "8 dólares y solo dos croquetas, les doy un 5 de 10". El desencanto continuó con el pan con tomate, un básico de la cocina española, que aquí resultó decepcionante: "27 dólares por un pan con tomate que no sabe a nada", se quejaba la tiktoker.
A medida que avanzaba la comida, la decepción aumentaba. El pulpo a la gallega, un plato icónico de la gastronomía española, no estuvo a la altura. Sandra lo describió como "más seco que el pie de Cristo" y difícil de disfrutar: "No puedo ni pinchar la patata, está dura", lamentaba. Su veredicto fue claro: "2 de 10". Y por si fuera poco, la cuenta incluía una copa de Albariño por la friolera de 70 dólares.
El momento más sorprendente llegó cuando pidió paella, un plato que todos los españoles reconocen como emblemático. En su caso, se topó con una versión que rozaba lo surrealista. La llamada "loco bollo" incluía ingredientes como Spam (una carne enlatada popular en Hawái desde la Segunda Guerra Mundial), chorizo, judías blancas y albóndigas de pollo. "No sé si estoy comiendo un cocido, un arroz... mi cerebro está cortocircuitando", confesaba Sandra. Aunque el sabor no era del todo malo, la comensal dejó claro que esta versión de paella estaba lejos de la tradicional.
El menú continuó con más sorpresas. Los calamares, un plato en el que normalmente es difícil fallar, también decepcionaron. Acompañados de una salsa romesco, que no terminaba de encajar con el plato, se llevaron la peor calificación de la jornada: "1 de 10".
Al final, la factura ascendió a unos asombrosos 275 euros, con una puntuación general de 3 sobre 10. El vídeo de @aquisandrax ha generado más de un millón de visualizaciones en TikTok, y ha demostrado que como comer en España, en ningún sitio.
Publicidad