Lugares sorprendentes
El mar de Aral desaparece: Estas han sido las consecuencias
El mar de Aral era una de las zonas más sorprendentes y espectaculares del mundo. Poco a poco, está desaparecido. ¿Qué ha ocurrido?
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El mar de Aral se está secando, de manera absolutamente irremediable. De hecho, su cuenca oriental ha desaparecido completamente. Aunque le llamamos mar no es así, puesto que se trata de un lago situado en Asia Central, limitando con Kazastán y Uzbekistán. Lo que podía ser un regalo de la Naturaleza, ha derivado a una realidad de lo más dramática.
En el siglo pasado, concretamente en la década de los 60, el mar de Aral era el cuarto más grande del mundo ya que contaba con una extensión de 65.000 kilómetros cuadrados. Actualmente, tan solo queda un 10% de esa superficie. Es un auténtico desastre ecológico, teniendo duras consecuencias para las comunidades limítrofes. Es más, esta región cuenta con una tasa de mortalidad infantil mucho más elevada.
Ahora bien, después de este planteamiento, nos surge una pregunta: ¿Cómo se ha permitido llegar a esta terrible situación? Todo viene derivado de un proyecto de la antigua Unión Soviética, desarrollada entre 1954 y 1960. El fin era construir un espectacular canal de unos 500 kilómetros de longitud, por lo que se tendría que coger un tercio del agua del conocido río Amu Darya.
Esa era la idea, pero la mala gestión y organización hizo que se tuviera que utilizar más agua de otros ríos. Por tanto, el mar de Aral comenzó a secarse, poco a poco y de manera contundente. Ese caudal comenzó a disminuir en 1960 y, desde ese año a 1996, llegó a bajar 16 metros. Todo ello contando con la falta de lluvia y nieve en las montañas.
Estos factores han hecho que prácticamente el 95% de las presas ubicadas en zonas cercanas al mar de Aral se hayan convertido en auténticos desiertos. Hablando de datos, una zona de agua equivalente a 60.000 hectáreas se ha secado completamente, algo que ha dejado sin palabras a medio mundo. Y más aún desde que un satélite de la NASA, con unas imágenes del mar de Aral en 2000, muestra cómo los países de Kazastán y Uzbekistán ya están completamente separados.
Se ha intentado frenar este desastre, pero no se ha tenido mucho éxito que digamos. El hecho de que el agua del Amu Darya y del sur de este mar se utilicen para la industria algodonera no ayudan mucho. Por si fuera poco, la presa que se construyó para salvar la parte norte de este mar ha acabado con cualquier esperanza para tratar de recuperar el sur. El paisaje que se presenta es similar a la de un apocalipsis, ya que hay vientos de barcos varados, el agua está contaminada y, además, hay temperaturas extremas tanto en inverno como en verano. Una auténtica pena, qué duda cabe.
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