MADRID
Montaña Artificial del Retiro: su curiosa historia y motivo por el que existe
El Retiro de Madrid sigue sorprendiendo a miles de turistas que deciden descubrirlo. Pocos saben que hay una montaña artificial y, mucho menos, cuál es su historia.
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El Parque del Retiro, poco a poco y con el paso del tiempo, se ha convertido en una de las zonas más transitadas tanto por los madrileños como por los turistas. Todos quieren adentrarse en el conocido como “pulmón de Madrid” para, entre otras cosas, dejarse sorprender con la cantidad de historias y monumentos que esconde.
Una de las cuestiones que más llama la atención es, sin lugar a dudas, que posee una Montaña Artificial. Estamos nada más y nada menos que ante uno de los más peculiares caprichos del rey Fernando VII. Las obras de esta montaña tan sorprendente se iniciaron en el año 1817, momento en el que Bernardino Berogán fue nombrado director de este siempre sorprendente jardín.
Él era el encargado de orquestar diversas edificaciones proyectadas por Isidro González Velázquez, uno de los arquitectos más reconocidos de la época. Entre ellas encontramos la Casa del Pescador, la Casa Persa, la Pajarera, la Casa del Pobre, la Casa del Contrabandista, la Casa de Fieras, el Embarcadero del Estanque Grande o, incluso, esta Montaña Artificial.
Una de las cuestiones que hay que tener en cuenta es que Fernando VII, quien ordenó llevar a cabo todas estas obras, tuvo una inspiración clara. Estamos hablando, cómo no, del llamado “Pequeño Trianón” del Palacio de Versalles, construido en la época en la que reinaba nada más y nada menos que Luis XV.
Centrándonos en esta Montaña Artificial situada en el corazón del madrileño parque del Retiro, hay algo que llama poderosamente la atención. Y es que oculta algo tras su vegetación. Estamos hablando de una enorme bóveda con la que se cubría una noria, en cuya cima se situaba un templete que en la actualidad no encontramos. Eso sí, se conserva la base que servía de observatorio.
Éste tenía tres torres, una central de planta octogonal flanqueada por otras dos más pequeñas cilíndricas unidas por una arquería. A los pies hay una ría y un estanque, así como diversas cascadas. Popularmente también es conocida como Montaña de los Gatos. Es de tal importancia a nivel cultural e histórico que, en los años ochenta, se decidió restaurarla. Por ese mismo motivo, se ubicó en su interior una sala de exposiciones que sigue estando presente en la actualidad. Lo cierto es que, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los grandes atractivos del Retiro a pesar de no ser uno de los principales. ¡Es un hecho que no deja indiferente a nadie!
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