¿LO CONOCES?
El pequeño pueblo de Soria de solo 45 habitantes que es "obligatorio" visitar este otoño
En la provincia de Soria, en Castilla y León, hay un pequeño pueblo de solo 45 habitantes que es "obligatorio" visitar este otoño por su arquitectura medieval, sus calles, casas y sus chimeneas cónicas. ¡Te contamos cuál es!.
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En muchas ocasiones te hemos hablado de pequeños municipios de Soria que son una joya para el turismo de nuestro país. Como es el caso del "desconocido" pueblo medieval que es uno de los más bonitos de España.
Y ahora queremos hablarte de Calatañazor, una villa medieval que tiene alrededor de 45 habitantes y que pertenece a la comarca de las Tierras del Burgo.
Este pueblo destaca por su arquitectura popular, sus casas, fachadas y monumentos. Pero lo más llamativo de todo son sus chimeneas cónicas, que se levantan sobre los tejados de la localidad.
Tampoco puedes perderte su castillo, situado en lo alto de un peñasco. Perteneciente al siglo XIV y XV conserva parte de la torre del homenaje y gran parte de sus murallas; también conserva un ventanal gótico. En tiempos había tres puertas, hoy solo puede verse la más pequeña. Debajo del castillo y correspondiente al siglo X hay una necrópolis medieval excavada en roca con tres tumbas antropomorfas.
Otros lugares que tienes que visitar son la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, la Ermita de la Soledad o la Iglesia de San Juan.
Almanzor y Calatañazor
Tal y como cuenta la web del Ayuntamiento de Calatañazor, este pueblo es conocido casi únicamente por la derrota que allí sufriera Almanzor de las tropas castellanas y leonesas en 1002. Aunque algunos historiadores difieren en cuanto a este hecho, el episodio es conocido como la Batalla de Calatañazor, en la que los cristianos derrotaron al célebre caudillo árabe Almanzor y según la tradición murió en Bordecorex y fue enterrado en Medinaceli.
Esta batalla supuso la primera derrota de Almanzor (y se dice que la última). De ahí que se diga que "En Calatañazor, Almanzor perdió su tambor", lo que significa que el guerrero perdió su alegría. De hecho, desde ese día, cuenta la leyenda que dejó de beber y de comer y por eso murió en Medinaceli, localidad soriana donde fue sepultado.
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