ESCOCIA
Piedra de Scone: historia y dónde se encuentra
Es el momento de que descubras la historia que hay detrás de la Piedra de Scone y, sobre todo, dónde se encuentra en la actualidad.
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No es ningún secreto que la Piedra de Scone, también conocida como Piedra de la Coronación o Piedra del Destino, es un auténtico símbolo en Escocia. Ésta fue arrebatada al pueblo escocés por nada más y nada menos que el Rey Eduardo I, en el momento en el que se anexionaron los terrenos de la parte norte de Inglaterra. Esto sucedió en el año 1239.
Bien es cierto que en el 1996, esta Piedra de Scone fue devuelta a Escocia por decisión tanto del Príncipe de Gales como del Duque de York. Debemos tener en cuenta que el Rey Eduardo I ha pasado a la historia bajo un nombre de lo más conciso y contundente: “Martillo de los Escoceses”.
Y es que cuando el monarca consiguió anexionar Escocia a sus territorios, no dudó un solo segundo en llevarse un enorme botín de guerra. Entre todas estas cuestiones, se encontraba esta Piedra de Scone. Es más, el Rey mandó construir un trono en Westminster para guardar en su interior esta posesión que perteneció al legítimo rey de Escocia.
Esta Piedra de Scone no solamente es importante para los escoceses, sino también para los irlandeses. Para ellos es conocida como Lia-Fàil, es decir, la “piedra que habla”. De esta manera, estudiantes tanto escoceses como irlandeses tomaron la decisión de robarla de Westminster.
Poco tiempo después se recuperó y, de hecho, presidió la coronación de la actual reina, Isabel II. Es entonces cuando, en 1996, tanto Carlos de Inglaterra como su hermano decidieron devolverla al Castillo de Edimburgo. Eso sí, lo hicieron con una condición: Que se pudiera utilizar para futuras coronaciones británicas.
¿Qué leyendas se esconden tras la Piedra de Scone?
Esta Piedra cuenta con una cruz latina, aunque varios cronistas de los siglos XII y XIII aseguran que vieron otros tantos símbolos sobre ella. La leyenda dice que para conocer la historia de esta Piedra de Scone debemos remontarnos a los tiempos de Jacob, nieto de Abraham. Es un rostro conocido en las religiones cristiana, judía e islámica.
En la Biblia se narra el sueño profético de Jacob, en el que la tierra donde dormía era la prometida por Yahvé. Por lo tanto, la piedra sobre la que éste apoyaba su cabeza, fue bendecida, es decir, uncida con aceite y situada sobre un pedestal. Acto seguido, se convirtió en un objeto de culto.
Al parecer, la piedra estaría ubicada en el Templo de Jerusalén hasta el año 597 a.C, cuando este simbólico lugar fue invadido por los temidos babilonios de Nabucodonosor. Jeremías sí que logró huir con ella hasta Egipto, con dos hijas del rey David. Fue entonces cuando la piedra viajó hasta España hasta llegar a Inglaterra. Fue entonces cuando surgió la leyenda de la famosa Piedra de Scone, que fue testigo de la coronación de reyes irlandeses, escoceses y, posteriormente, reyes de Inglaterra. ¡Muy curioso!
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