Gestión de residuos
¿Es posible quedarse sin basura?
En Suecia sí, y para que sus plantas de reciclaje sigan funcionando importan basura de otros países como Reino Unido. No es sorprendente que al hablar de ciertos aspectos socio-económicos los países nórdicos suelen estar a la cabeza.
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Desde 1975, año en el que el 38% de los desperdicios domésticos era reciclado, hasta la actualidad, que reciclan el 99%, han pasado por años llenos de avances y medidas sostenibles y educativas.
Los periódicos se convierten en masa de papel, las botellas se reutilizan o se funden en nuevos artículos, los envases de plástico vuelven a ser materia prima de plástico. Los restos orgánicos se compostan y pasan a ser tierra o biogas por medio de un proceso químico. El agua desperdiciada se purifica hasta el punto de volver a ser potable. Los farmacéuticos aceptan la medicina sobrante, los suecos llevan sus desperdicios más grandes, como televisores rotos o muebles rotos, a centros de reciclaje que normalmente se sitúan a las afueras de las ciudades.
Aunque en España, los resultados de 2015 fueron favorables, según datos de Ecoembes, “en España ya se recicle el 74,8% de los envases de plásticos, latas y briks y los envases de papel y cartón”. Aunque se supera en 19 puntos a los objetivos establecidos por la Unión Europea, aún queda camino por recorrer.
¿Cuál es el secreto del éxito sueco en el reciclaje? Principalmente por la colaboración entre ciudadanos, gobierno y empresas. Todos se comprometen a conservar y cuidar el medio ambiente. Por una parte más del 50 por ciento de los residuos domésticos son quemados para producir energía en las plantas de incineración. Los residuos son un combustible relativamente barato, y con el tiempo en Suecia se ha desarrollado una gran capacidad y destreza en el tratamiento eficiente y rentable de los residuos. De hecho ha llegado a importar hasta unas 700.000 toneladas de residuos de otros países y el humo de las plantas de incineración consiste en 99,9 por ciento de dióxido de carbono no tóxico y agua. Sin embargo, alrededor del 1% se sigue enviando a vertederos.
Por otro lado, famosas e importantes empresas como la textil H&M, internacionalmente conocida, o la compañía Optibag, se involucran en hacer posible el objetivo de “cero desperdicio”. ¿Cómo? La sueca H&M ha llevado a las tiendas una iniciativa llamada “Garmet Collecting” que consiste en dar cupones descuento para sus tiendas a cambio de ropa usada.
La compañía Optibag, en cambio, ha desarrollado una máquina que puede separar las bolsas de residuos de colores entre sí. De esta forma en las casa se tiran los residuos orgánicos en una bolsa verde, el papel va al rojo, y vidrio o metal en otra bolsa diferente. Cuando odas estas bolsas llegan a la planta de reciclaje, la máquina creada por Optibag separa las bolsas automáticamente.
Esta compañía instaló en Helsingborg, una ciudad al sur de Suecia, contenedores de residuos públicos con altavoces por los que se escuchaba música cada vez que se usaban.
Desde la Asociación de Gestión de Residuos y Reciclaje de Suecia piensan que la perfección en el reciclaje es posible, y que es una idea por la que vale la pena esforzarse. Pues es mejor generar menos residuos que todos los residuos generados se reciclaran de alguna manera.
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